29 dic 2012

El Barça que no vimos










Desde aquel inolvidable 2009 han cambiado muchas cosas. Los planteamientos del rival han sufrido ajustes tácticos para una obligada adaptación al Fútbol Club Barcelona y sus matices. Dentro de todo este contexto, el conjunto blaugrana también se ha tenido que ir adaptando. No cambiando su estilo de juego, pero sí muchos aspectos del mismo. Al fin y al cabo, el fútbol se trata de adaptarse al otro y que él se adapte a ti.  Y resulta parecer admisible hasta entonces, pero existe y prevalece un problema más gordo que en los grandes períodos de equipos dominantes recae en algún momento: la baja de un jugador imprescindible. No se habla de una lesión, sino de juego. La pasada temporada se trató de Xavi Hernández. El de Terrasa fue en picada. Sus giros y agilidad mental se extrañaba y creímos que su fútbol estaba en los últimos pasos. Llegamos a predecir lo peor: que otros vayan tomando el timón.

La marcha de Pep dejó grandes dudas de cara al futuro. Tito tenía todo el respaldo y aseguraba un amplio conocimiento en cuanto al manejo del equipo. Lo que no sabíamos era como iba a sostener un conjunto de variantes. Nos preguntábamos en mayo: ¿lo encaminará bien?

Así empezó otro ciclo, el de Tito Vilanova. A expensas de un Real Madrid victorioso y de una Liga en crecimiento, el Barça para poner a tope un acelerador que en 5 días de abril se quemó, tenía que re-oxigernase. Refundar en cierto sentido. Para Tito, Xavi fue el primer objetivo de su proyecto. Recuperar gran parte o si quiera su fútbol más esencial. De la mano del cuerpo médico, parece que supieron dar en el clavo. Y con ello de antemano, comenzaron a remar.

Pero de costumbre y para empezar, el mes de agosto se aproximaba como un bache grande y rocoso. Siempre lo ha sido. Al menos para la mayoría de equipos. Empezar con las temperaturas altas y con un nivel post-vacaciones, hace cometer el doble de fallos y aumentar al aprovechamiento de los contrarios con los mismos. A partir de ello, nació una idea. Trató, básicamente, en asegurar la cadena de pases. Aumentar, ergo, la posesión, y evitar grandes desgastes. Defendiendo, la presión de hace meses dijo adiós. La nueva idea trajo consigo una defensa organizada en propio campo que todos comenzaron a notar cuando algunos rivales daban sentido a su verdadero fútbol. Ante la preocupación del momento, nos preguntamos en el mes de octubre si Tito llegaría a confiar definitivamente en el 4-3-3. Tarde o temprano tenía que hacerlo. Pero eso no lo descubrimos hasta que llegó el momento más correcto...

Capítulo 1: La presentación del 4-2-2-2

La prominencia del Xavi recuperado, o mejor dicho, de su nueva versión (quizá la última), ayudó a Tito a sentenciar un dibujo que sobre el campo observamos por primera vez. El sistema que aseguraría dosificar, se presentaba con la línea de 4, dos mediocampistas a la misma altura, dos una línea posterior y los extremos como 'chinchetas' pegados a las bandas.

Así Tito empezó a combatir, aunque al Barça, de principio, no le simpatizó mucho la idea. Derrota ante el Real Madrid en Supercopa y aun más profunda la herida emocional de meses pasados. A pesar de ello, Vilanova conociendo bien la coraza formada por Pep, confió plenamente en el factor anímico que muy pronto se activaría en positivo. De arranque, los primeros partidos en Liga fueron ganados con mucho sacrificio mental. Nuestra defensa sufrió más de la cuenta y digamos que los golpes fueron más que preocupantes. Por otro lado, descubrimos a jugadores que con el sistema activaron sus máximas cualidades. Y digamos, en conjunto, obtuvimos pros y contras a un nivel alto de opuesto a opuesto.
El 4-2-2-2 consistía en que Xavi nunca se desprendía de la base con Busquets.
Dentro de ese contexto, Cristhian Tello fue uno de los más destacados. Los partidos frente a equipos que adelantaban sus líneas o achicaban por los costados eran para él. Los decidía en segundos. El desborde que tiene hace tanto daño, que cambiaba cualquier sistema rival. El uno contra uno dejó en knock-out a su par, y con Jordi Alba desdoblando o proyectándose a su espalda, fue crucial. La mejor palabra que lo describe no es la efectividad, sino la determinancia. Sin ser el jugador culé típico que centra su posición para asociarse, le hace bien al equipo con mero pragmatismo.

Alexis Sánchez es otro apuntado al análisis. El chileno, criticado por su sequía goleadora, no ha dejado ningún detalle positivo para la afición. Pero ha de saber que como él pocos hay. La pasada temporada rindió a un nivel espectacular actuando de punta. Hoy por hoy, su intervención por banda izquierda es tan fina, que los cambios de orientación (de banda a banda) son de plena confianza para la fluidez. Por último, Pedro nos trajo la consecución de sus dotes técnicos y tácticos. Mejoró en su timing y ahora tiene la técnica que meses antes le faltaba aún por cuajar. Su desmarque no es igual que el de Alexis, pero se proyecta a tal velocidad que sirve como factor sorpresa en determinadas ocasiones.

Podríamos enumerar las cualidades que sacaron a relucir muchos jugadores, pero la pregunta seria aplasta todas: ¿Por qué sufría el Barça? ¿Que situación lo puso tan quebrantable?

El 4-2-2-2 tenía una particularidad que luego se convertiría casi en pesadilla. Al robo del rival, los hombres acompañantes ya no quedaban asfixiados por la presión. Los interiores culés no tenían que lastrar la espalda del contrario hasta cortar la secuencia del contragolpe. El triángulo quedaba invertido, dos en la base, y uno por delante asociando con su pareja. Así, cuando el rival miraba hacia al frente, quedaba cara a cara con los dos hombres de la base. Técnicamente fue mejor por tener más gente por detrás del balón, pero al rival se le daba tiempo. Tiempo para pensar, levantar cabeza y pasar. Así muchos se filtraron en campo contrario, dando fe a sus contras o circulando hasta quedar asentado en ataque posicional.
Secuencia del robo y la filtración del rival en campo culé.
A sabiendas de las causas, el Barça era consciente que todo era parte de un plan. Un plan que les prometía desgastar menos, pero que sin querer, se rompió por una situación que creímos irreversible. Entonces nos explicamos por qué el bajo rendimiento de Mascherano y los "centrales"; algo faltaba explicarse.

Capítulo 2: Los centrales del Barça

Javier Mascherano llegó en 2011 para ser mediocentro. Pep, queriendo un suplente para el puesto de Busquets, probó al argentino. Sin embargo, su lentitud y previsibilidad determinaron un mal comienzo. Y no sé si Guardiola ya se lo había pensado, pero justo en el momento indicado, la moneda giró de la noche a la mañana. La nueva baja de Puyol lo colocó en su puesto de defensa central. Lo bueno para él vino con el sistema 4-3-3, a un nivel demoledor. El Barça, en ese entonces, conservaba el balón en campo rival por mucho tiempo, y tras pérdida, el rival asfixiado no tenía más opción que jugársela con balones áereos muy, muy largos y frontales. Directos al delantero. Ocurriendo esto, el 'Jefecito' salía al corte. Anticipaba como ninguno, pero también corría y barría cuando los poseedores se atrevían a ser verticales. Nos enamoró jornada tras jornada.

Lástima que tal ilusión se nos borró en este tiempo. Pero no es negativa, al contrario, mas bien nos ayudó a descubrir las flaquezas y dar un punto crítico siempre positivo. Ahora la cuestión era distinta: cuando el rival robaba, teniendo el tiempo suficiente, casi siempre prefirieron asentarse en campo del Barça y sumar cadenas de pases. Ante un juego estático, y ya no contragolpista o vertical, Mascherano sufrió por primera vez.

Al argentino se le descubrió que no era central. Porque nunca lo fue, y obviamente no es reprochable. Su calidad defensiva puede estar relacionada con su puesto, pero no si se le exige un formato más estándar. Uno donde se le pedía sacar al máximo cualidades naturales de Puyol o Piqué. Los mismos que en ese tiempo arrojaron secuelas (uno por lesiones y otro por bajo rendimiento), y que competencia en la plantilla solo les hacía Masche. El defensa estándar está cubierto básicamente por manejar 5 cosas: timing en la cobertura, defensa ante el juego directo, instinto para el rechazo corto, defensa en centros laterales y dominio de la frontal (no dejarse desbordar, en este caso, regalando la espalda). Estas tres últimas nunca las tuvo. La segunda, en parte sí, ya que el juego directo también incluye el conectar por medio aéreo. Y en ese caso, no fue raro verlo saltar y caer sin victoria.
Nula seguridad en el juego directo (mismo caso en Song)
Algo similar pasó Alex Song, pero él definitivamente se quedó compitiendo con Sergio. Su aportación a la línea defensiva fue completamente circunstancial, y produjo mucha decepción, reacción del barcelonismo que fue totalmente injusta. Claramente, ni si quiera poseía el corte agresivo de Javier; y sufrió incluso más. Bartra llegó a estar en boca de todos, pero pareciese que Tito no le ordenaba aun saltar a competir y luchar contra vientos fuertes.

Capítulo 3: La vuelta de Carles Puyol

El retorno del capitán fue justa y precisa. Por suerte no tarde. Tito sabía que el Barça sufrió en silencio. Solo los números y Messi le acompañaron en su viaje de verano agitado. Pero a vísperas de lo que Tito andaba esperando, la vuelta accidentada de Carles trajo consigo la dosificación del mismo. En conclusión, deducimos que a Puyol no se le puede asegurar la vuelta definitiva siempre. Por obvias razones, su frescura física ya no está, y en el mes de julio todos sentimos curiosidad por los rumores de un nuevo central, que es lo que realmente necesitó el Barça.

Agger apuntaba a venir pero el fichaje de Song lo opacó y quedó en solo más que un rumor. Por alguna razón, el juego ortodoxo culé exige siempre centrales con salida. Eso está bien, pero en situaciones como estas, que creo, pueden darse más a menudo, esa cualidad de pivote queda sepultada. Renacen las de un central estándar. Por tanto, nos preguntamos si algún día se fichará a uno de ellos, o Mascherano seguirá machacándose anímicamente cada vez que el contrario le proponga juego.

Capítulo 4: La renovada filarmónica (el regreso del 4-3-3)

Tito en estos tres meses, de agosto a octubre, sacó jugo a un sistema limitado como es el 4-2-2-2. Durante el transcurso, la curiosidad por el regreso del 4-3-3 apareció debido a su imagen aparecida en algunos partidos. Fue significativo. Real Sociedad; Granada; Sevilla; Celtic; Mallorca y Zaragoza, vivieron por minutos a un Xavi en la frontal, o en la misma línea que Messi y el otro interior (Iniesta o Cesc). En esos cambios, donde frecuentaba mucho ataque, el fútbol del '6' fue tan perfecto, que pensamos el regreso de antiguas versiones, donde maravillaba. Así fue. Cuando se desató, descubrimos que su proceso fue elevándose. Ahí mismo, Jordi Alba se convirtió en un jugador importante. Sus llegadas por banda izquierda propiciaron las diagonales hacia el interior de Villa y Alexis, acercándoles mucho al gol. En espacios reducidos, ganó el asturiano. Con espacios y vértigo, casi el chileno.
Intuímos, por el gran progreso de Xavi, que el 4-3-3 regresaría.
Nadie se lo esperó pero fue en Valencia, enfrentando al Levante, donde Vilanova decidió soltar la bestia. El 4-3-3 salía a escena todo el partido, y sus fortalezas se vieron reconfortadas cuando los granotas cedieron metros y espacios entre líneas. Andrés Iniesta y Leo Messi recibieron los aplausos de la grada junto a sensaciones que hace tiempo no transmitían. El nivel era otro. Ya estábamos noviembre, y la máquina estaba lúcida. Encima, la vuelta definitiva de la pareja de centrales trajo una importante reconfortación en la defensa y por fin el despertar de un mal sueño que parecía perdurar mucho más tiempo. La presión, no siendo igual que en 2011, crece.

Lo que sí estamos satisfechos, es que dentro de este largo y tedioso proceso, se descubrieron dotes y cambios tácticos que sirven para estar guardados en la mente. Cesc como '4' aun falta cuajarse. Iniesta por izquierda fue un drama para quien lo recibiera. Alexis de punta siempre será brillante. Busquets sigue siendo sublime. Alves, con problemas pasados, ha vuelto a tirar de las proyecciones con el 4-3-3. Xavi... Xavi nunca se fue, pero regresó con magia. Así Tito ha empezado la segunda parte de su camino. En enero veremos la consecución que a pasos agigantados ha dado el equipo en las tres competiciones.

Para terminar, quise agregar a toda esa secuencia, un reconocimiento al mejor plan que enfrentó el Fútbol Club Barcelona. No fue fácil, pero valió recalcar que entre los mejores existiera uno que regalara tanto contenido, y en tan solo poco tiempo.

Mejor plan contra el Barça en la temporada

Club Atlético de Madrid - DT: Diego Pablo Simeone (http://youtu.be/RejTGhiF5eA)

Como decía, no fue fácil escoger entre tanta buena estrategia. Pero consideré sobre todo lo que en partidos como estos se debe echar ojo: las circunstancias. Mallorca puso un doble lateral y salió fracasando ante Tello, Celtic fue un hueso duro de roer por errores propios, Real Madrid echó llave a su mediocampo por los límites de Xavi y la adaptación necesaria de sentar a un extremo por un interior (Iniesta). Muchos equipos sí que han propuesto con coherencia esta temporada, pero el Barça respondió con lo mismo, o se equivocó. El Atleti, a mi criterio, ha sido el único que ha dejado en duda de la capacidad resolutiva culé. Lo digo porque en todo el partido los goles u ocasiones blaugranas dependieron de la capacidad individual, y en el Atleti todo lo contrario. Los tres goles complementarios al primero estuvieron fuera del contexto marcado por Simeone, el cual hablaremos a continuación mediante explicaciones puntuales:

1. Simeone, ante el peligro del 4-3-3, elabora un plan de la mano de su 4-4-2 típico: Su primer objetivo era separar a Xavi de Iniesta. ¿Cómo? Pues la línea volante basculaba, es decir, achicaba por el costado donde se asentaba la posesión. En este caso, el Barça salió casi siempre por izquierda.


Pero este 4-4-2 tenía una particularidad que minutos después nos aclaramos: la línea volante estaba muy separada de la línea defensiva. Y ambas, o sea, todo el bloque, alejada del arco de Courtois. Esta característica tenía el propósito de contrarrestar en los cambios de banda.

2. El Barça, sin salida por el achique, opta por cambios de banda continuos: Iniesta, el mejor dotado para cambiar de orientación, decidió hacerlo por casi inercia. Pero justo en ese momento descubrimos del todo el plan de Simeone. Si el extremo iba a recibir, el lateral -su par- anticipaba con facilidad. Por ello la línea defensiva tan retrasada. En cambio, si era el lateral, es decir, Adriano, el timing era causa de la siempre pérdida.
Anticipación de Filipe en la recepción de Pedro.
Adriano tenía una mala recepción, y chocaba con Arda.
3. El Barça se adapta al Atlético de Madrid, cuestión casi inadmisible para Xavi e Iniesta: el equipo, sin escapatoria, se tuvo que adaptar al plan rival. Por suerte, el gol de Adriano, inesperado, llegó y sin salirse del contexto tan apretado para los azulgranas.

4. El Atleti sufre un golpe moral tras el segundo gol culé: Minutos después, el propio achique rojiblanco, que era magnífico, se vio perjudicado anímicamente y el Barça golpeó después de 35 minutos de atasco. En el segundo tiempo, con 2-1, los cambios de ritmo, el cansancio y la diferencia individual, sentenció con dos goles más, cerrando un partido, que como muchos apuntan, es "injusto".

Así el Barça fue adaptándose al plan del 'Cholo'. No podemos deducir que el equipo anímicamente tuvo méritos por sí solo, porque el 4-1 en cierto sentido miente. Sea como sea, año tras año contadas veces el fútbol nos regala partidos como este. Finalizando el 2012, por qué no recordar alguno de los contenidos que nos atrapó más en el juego, y explicarnos de vez en cuando, lo que los números y sensaciones nunca nos podrán decir.

4 nov 2012

No se define








A grosso modo, el Barça hoy por hoy no se define como el equipo que saldrá a conquistar su quinta Champions. El equipo de Tito Vilanova está dejándonos historias cuyos principales nudos se resuelven por un sistema que sabemos, no durará para siempre. Y Cesc, el jugador que tira de más verticalidad, está en pleno curso de intentar ser lo que todos esperamos, y ayer fue otra prueba de ello, aunque fracasara...

Y es que la presencia del '4' no fue beneficiosa. El de Arenys no estuvo mal, su aportación no fue inútil, creó superioridad y todo, pero sometió al Barça a pérdidas en los metros finales que pronto pasó a ser algo con taras. Es decir, en campo contrario, las intervenciones del febril Fábregas obligaron a los culés a aumentar el ritmo, y como Paco Herrera cedió metros, la finalización se vio complicada y llovieron las pérdidas; comprensibles, sin duda, pero que ante un contragolpe tan bueno como el de los Celestes y una defensa de tres insólita es inviable.

Acción previa al gol del Celta: aportación de Cesc en el ataque posicional.


El Celta salía a contragolpe siempre por su carril central. Con Bermejo siempre de espaldas, se apoyaban en él para después irse por cualquiera de las dos bandas -la que esté desocupada- y mandarse con Augusto o Krohn-Dehli. Ante el repliegue culé, Aspas o Alex López se sumaron a la fiesta. No sería creíble decir que el esquema posicional contrario fue para atacar, pero pareció. El 4-3-2-1 era la preparación al contraataque; aunque eso sí, todo coincidió en una cosa: el planteamiento de Herrera encajó con el de Tito, para su bien, hasta que el Barça cambió el rumbo.

Hasta entonces los blaugranas se habían asentado fácil. Solo en transición aquellas complicaciones no se notaron. Tanto Iniesta como Messi sometieron al contrario de distintas maneras. El manchego se conjuntó con Jordi Alba para desbordar por izquierda, mientras Leo ganaba el enorme espacio vacío que dejaba el ataque del otro lado, encontrando la tremenda ventaja para desbordar y dar algún pase definitivo.

Con el 2-1, el partido se iba con estas dudas. En el segundo tiempo Tito ya cambió muchas cosas. Y eso a partir de volver a formar el 4-3-3; con esto se lograba que: 1. Busquets ganara en las pelotas divididas con Bermejo. 2. Lo más importante, que el juego sea más pausado a través de Iniesta y Xavi de interiores. Con el nuevo contexto presentado, las bandas castigaron por completo, y lograron sepultar a un Celta que ya no exhibió la misma alegría de los primeros 45 minutos.

Paralelo a lo que fue el contexto general, la adaptación que supone Cesc en el Barça despierta dudas. Hasta hoy, el '4' ha logrado pocas veces congeniar con Xavi e Iniesta, aunque esas veces que lo hizo arrancó algunas sonrisas. Eso sí, estando en el mes de noviembre, todo es para relativizar. Esperar, al menos, el final de temporada para estar seguros de lo que será el Barça del futuro.

8 oct 2012

Leyendas del tiempo


Llenar de elogios en cada Clásico a quien "se mereció ganar" me parece aburrido. Fútbol Club Barcelona y Real Madrid son dos gigantes, animales en plena madurez y crecimiento, sin embargo, hoy por hoy, el culé sigue con la maravillosa imagen de un Barça tremendamente superior al Real Madrid. Los tiempos han cambiado, y las cosas están mucho más que emparejadas.

Es necesario partir de dos matices. Estos, sin lugar a dudas, explicarán no solo el encuentro, sino la situación actual. El primero pasa por aceptar la superioridad que implantó Mourinho en Ramos y Pepe. Los dos centrales han tocado 'techo' -lo más probable-, y hacen gala a sus dotes técnicos para con Messi. Es difícil creerlo, sin duda, pero lo interesante es que ha afectado de forma notoria los planes de Vilanova. La Supercopa fue testigo. El segundo matiz, llega por decir que el Barça sigue mandando en la balanza de acuerdo a virtud técnica. El segundo tiempo de esta noche así lo confirmaría.


En primer lugar, Tito cambiaba el 4-2-2-2. No presentaba a dos extremos, solo a Pedro. Iniesta reemplazaría la posición, aunque bajando un escalón del esquema. Así, quedaba la base de dos, tres mediocampistas más arriba, y el canario. Por otro lado, el Real Madrid presentaba un once típico con la única sorpresa de Marcelo (jugador dócil en defensa a comparación de Coentrao).


El posicionamiento y roles fue notorio desde un principio. Di María sobre Jordi Alba, Arbeloa sobre Iniesta, y por el otro sector, Cristiano-Alves y Marcelo-Pedro, aunque nada severo a comparación del explicado inicialmente. Benzema y Ozil, exentos de marca férrea, solo presionaban a Xavi y su acompañante.

En una de las primeras imágenes del partido se pudo observar lo que el resto de los minutos terminó por confirmar: Messi en el carril central ante un espacio libre no encaró. Así fue siempre, y mucho más en Cesc o Xavi. La consecuencia sería la misma de aquel día de abril. Es por eso que, sobre todo lo demás, el Real Madrid andaría sin preocupación de separar a su doble pivote algunas veces y de sufrir recepciones a su espalda. ¿Cuál sería la solución a tan seductora trampa?

FCB armando pasillos de dos maneras distintas

La idea comenzó a surtir a partir de esa pregunta. Si el Barça no estaba dispuesto a clavar un punta para fijar a los dos hombres condicionantes, el acertijo estaría en el propio laberinto. En el primer minuto apenas, los blancos saliendo a presionar dejaron enormes espacios, y ante uno frontal, el Barça tocó área (imagen de la izquierda). Confirmaban de esa manera los pasillos dispuestos a armarse, aunque sin ninguna completa garantía de llegada.

El Barça en esas circunstancias comenzó a asimilar apenas el plan. Pedro fue testigo que ir más allá de las recepciones en espacios libres era una lotería a los centros de Alves (imagen de la derecha), entonces la cabeza de Tito reaccionó rápido: encontrar receptores adecuados. Así tal vez, de paso, se activaba a Leo Messi, y no tardó en decirle a Iniesta que efectuara el primer ajuste: posicionarse en el carril central junto a Xavi y Busquets.

Las dos primeras escenas que cantasen éxito, fue en el lado derecho, cuando Cesc inadvertido, aprovechó el pasillo libre después de una asociación de Andrés con sus dos socios en la base, convirtiendo en vértigo una jugada que logró aprovechar después Pedro, en el primer uno contra uno con Marcelo. Saldría victorioso el culé, obteniendo un centro atrás interesantísimo.

Cesc de receptor por carril derecho


Mourinho al mismo tiempo descubría la necesidad de sumar a Ozil a la línea volante, aunque pasara problemas posicionales que en un principio se daban con las ventajas nacientes. Messi aparecería minutos después con un movimiento parecido, llevando así la segunda llegada seria del encuentro.

Pedro fijó a Ramos y Marcelo, suficiente para entrar por el pasillo derecho con Messi


El Real Madrid con problemas encima, continuaba explotando también sus recursos ofensivos. Por su derecha siempre salió con Di María, que con la pelota al pie, fue inalcanzable hasta tocar fondo. Benzema, ocupando todo el ancho del campo, fue receptor de balones aéreos. Junto a él, Ozil mandaba en las segundas jugadas. Gracias al control de estos dos el Real Madrid pudo pasar a dominar varios minutos en ataque posicional. El 1-0 reflejaría aquello, y la jugada próxima con casi gol del punta francés.


No obstante, el 1-1, lejos de ser suerte, sería consecuencia de una llegada gracias a Iniesta, aunque esta vez de receptor. El segundo tiempo, eso sí, fue deponente a lo acontecido. El hecho similar pasó por el posicionamiento, aunque con distintos cambios en los dos equipos. El papel de Arbeloa, mostrando defectos más que ventajas tácticas, dejó de fijar su marca en Iniesta (por cambio de Tito), y decidió ocuparse de Cesc, que estaba como "extremo".


Con el paso de los minutos se pudieron observar más detalles. Uno de ellos fue que el Real situó sus dos puntas sobre nuestra defensa, causando estragos por las diagonales, y el gol en el minuto 65' dando el empate. Iniesta en la base disfrutó de paredes, aunque limitadamente. Messi armó diagonales a menudo, y la proyección de Alba castigó por primera vez al sacrificado Di María.

Con la entrada de Alexis se dio el panorama más interesante -de cara a los próximos enfrentamientos quizá-. Con el Real agotado, Xavi en plena comodidad tuvo más opciones de romper con el chileno que con Pedro o Cesc en la primera parte. Aun así, queda como jugada interesante:

Doble falso 9 en RM, y casual sistema similar en FCB. Para tener en cuenta...

Al final, las virtudes técnicas -expuestas en el segundo matiz- terminaron casi por imponerse. El Barça por muy poco no se llevó la victoria, aunque a estas alturas y frente a este rival, Tito y compañía no pueden estar más tranquilos. Eso sí, en su próximo choque, veremos más evoluciones.

30 sept 2012

Cuando son muy buenos


Míchel no fue como Anquela. No tuvo plan específico. Tuvo un buen equipo de fútbol y jugó con las posibilidades. Medel, Negredo y Navas estarán agradecidos, aunque no fue suficiente. Los minutos se hicieron traicioneros.

El Barça arrancaba con 4-2-2-2 ante un escenario poco alentador. El Sánchez Pizjuán esperaba con un conjunto posicionado desde un 4-1-4-1 con Maduro de pivote, Medel y Rakitic de interiores, y Navas con Trochowski cubriendo ambas bandas a las proyecciones de Jordi Alba y Dani. El rol inicial era taponar a Xavi con Rakitic, Cesc con Medel, y Messi con Maduro si intentaba retrasarse. El Sevilla presionaba al límite de su campo y el Barça no prosperaba.

Xavi en zona de mediapuntas
Dadas las circunstancias, no fue para los culés un lío gordo. Xavi se sumó a la zona de mediapuntas y exigió al Sevilla retrasarse luego de sufrir unos batacazos que llegaron desde ataques verticales serios. Pero el gol se guardó para más tarde. Precisamente no llegaría la oportunidad del Barça, sino del Sevilla. Los locales ejercían su labor ofensiva desde el juego directo con Negredo, a su vez que, confirmaba los defectos de un Alex Song obligado a realizar el papel de central en el conjunto azulgrana.

Y es que el Barça en los últimos partidos ha sufrido por cuestiones de esquema. El 4-2-2-2 no ha sido gran amigo, las contras han llegado a castigar mucho, y como cabeza y cuerpo en primera instancia hacían esperar su momento, los centrales como Piqué o Puyol estaban obligados a garantizar su presencia. Debido a los problemas, un central que no es estándar como Mascherano o Song no cumplen todos los requisitos a las necesidades de Vilanova en este inicio de temporada. Siendo pivotes, o mejor dicho, frenando contragolpes frontales son unos cracks, y quizá de esa forma se hayan ganado mediáticamente el apoyo -si se la ha ganado el camerunés-, pero desde otro plano, o sea, soportando ataques posicionales contrarios, llevan problemas que son totalmente comprensibles, pero que Tito se resiste a arriesgar para solucionar un Talón de Aquiles que se ha pagado en goles (ni si quiera en ocasiones peligrosas). El gol de Trochowski no fue mala suerte. El argentino no poseyó instinto de rechazo corto.

Song sufriendo juego directo (costados) y dominio de frontal (centro).
Pues bien, el Sevilla y todos los rivales metiendo el dedo en la yaga, han dejado en evidencia a dos castigados mediocentros que no merecen tantos 'palos'. Así el Barça durante 90 minutos soportó embestidas: comandadas todas por Negredo, hasta llegar a la segunda jugada de la mano de Rakitic o Jesús Navas centralizando su posición.

La primera pregunta coherente sería a qué viene tanta confianza en Song, y es que la primera imagen que nos delató respuesta fue en el minuto 14'. Xavi en zona de Messi, tiraba a Sevilla muy atrás (mucha presencia), y dejaba los carriles libres a los dos últimos hombres. Así se creó más superioridad de los esperado, aunque Spahic no permitiera tanto (fenomenal los 90 minutos). Entre tanto, se armó como la tercera ocasión para el Barça, haciendo del primer tiempo suyo, aunque perdiendo 1-0.

El segundo tiempo no iba a ser menos, pero el conjunto de Míchel pisaría el acelerador del estado anímico. Adelantó sus líneas, y Medel salió a relucir. Francamente no me gusta su presencia en un equipo que tiene que cuidarse la espalda, pero si se trata de contar con Maduro y Spahic al lado, la apuesta era sólida, y de mucho plus emocional. El segundo gol de Negredo sería el resumen al partido que se armó el chileno apenas comenzada la segunda parte.

Con presión sevillista se forzó pérdidas culés. Casualmente, Rakitic fue quien aprovechó esos robos, y más tarde sería Jesús Navas, que focalizaba su posición en el carril central causando estragos vertiginosos. Ante esta variante, la falta de fluidez o versatilidad que propuso Busquets era pobre, así que Thiago esperaba ansioso. Minutos antes, Gary saldría del terreno de juego por expulsión, haciendo bajar mucha dosis de coraza en mediocampo.

Con base de dos, el Barça llegaba cómodo. Cesc y Messi sacaron a relucir mucho más de lo que habían mostrado en la primera parte, y con el argentino en la frontal, pisando el borde del área, los minutos se hicieron traicioneros. El grito de Cicinho que significó la gesta, no evitó que la balanza resistiera hasta volcarse.

23 sept 2012

El Camp Nou y Anquela


Juan Antonio Anquela, ex técnico de Alcorcón, siempre soñó enfrentarse al Camp Nou. Es que tan solo el estadio a la mayoría de entrenadores les ha costado asimilar. Su sofocante campo hace rendir a más de uno, y el ataque posicional culé aprovecha esas sensaciones que a gritos pide acabar el partido.

Ayer, Tito no se esperaba algo así. Anquela plantó cara y de las duras. El Barça, con 4-3-3, deducía que en un desborde y ruptura de los extremos acabaría el partido, pero no se percató que la motivación que sentían Mikel Rico o Borja estaba a tope. La irregularidad de estos jugadores, junto a Torje, hacía intuir el cansancio mental de un Granada que a su espalda solo ha cosechado derrotas y empates. Mal merecido, sin duda, porque el equipo de Juan Antonio siempre propuso lo correcto.
A lo que voy, es que ciertos jugadores ayer no se veían, y lo demás, que fue trámite para el entrenador linarense (poner a Brahimi en lugar de El Arabi), expuso el discurso que creo a todos convenció.
Me dirán que es fácil si te encierras en tu campo, pero ¿no es un argumento primitivo a estas alturas? Pensemos bien. Desmenucemos:

Primero decir que el Granada en fase ofensiva esquematizó el 4-2-3-1. Lo curioso de esto, es que nunca triunfó en salidas: ni en apoyos largos aéreos como Ari en su Spartak, o al ras, que supuse, Iriney iría a hacer notar alguna gesta. Fue Brahimi. En contragolpes, en robos a media altura, el que progresó fue el mediapunta francés que jornada anterior sorprendió a todos con la buen actuación que supo hacer. Ayer transmitió lo mismo. Se sobrepasó de un Busquets y arrancó mirando siempre en frente. Grande fue el desahogo porque El Arabi nunca pudo haber hecho esto. El marroquí junto a Orellana y Flores no son rápidos, y el calor o cosa parecida que hace sentir el Camp Nou no permitiría sin lugar a dudas, llegar tan deliberadamente como lo hizo Brahimi. Eso sí, hubo asociaciones cortas, cuando algún saque de banda le concedían.
A su vez, la presión Nazaríe no tuvo recompensa con cambios de ritmo desfigurados. El 4-4-2 era el que salía a flote pronto, y al Barça ahora le tocaba actuar...

Vilanova dispuso de un once que en su momento dio sorpresa. Song y no Bartra. A ver, el Granada, sin ataque posicional como el Valencia, no exigían a los centrales una alta gesta de conocimientos que sí que les falta. Ayer encubrieron todo. Los balones divididos o frontales, protegieron bien. Busquets, que creo fue jefe de los pensamiento defensivos, retrasaba o subía un escalón para participar en la circulación, pero los dos centrales no sufrieron, al revés, fue su partido.

Una línea más adelante se ubicaban Thiago, Messi y Cesc. Tres hombres que intentaron crear profundidad en todas las alturas del campo. Fábregas en transición defensiva, y Thiago con Messi ya en campo rival. Sus asociaciones despiertan vértigo. Por eso Tito apostó por ellos. Llegaron más de una vez y quizá hasta el gol hubiera caído pronto, pero la calidad defensiva individual del Granada no se podía desadmitir. Aunque hay que hacer un alto, el mérito de Anquela no se centró en esa calidad individual, sino en como mandó al equipo a moverse.

Tras circular la pelota los primeros 5 minutos, el Barça llegó fácil siempre, pero en los últimos metros se demoró mucho. ¿Falta de chispa? No. El problema radicalizó en quiénes ocuparon las bandas.


Alexis y Dani por la derecha. Villa y Adriano por la otra. Caía balón  hacia cualquiera, y el achique previo hacía esperar de unas diagonales como las que hizo Adriano en el minuto 3. En fin, fue el único momento de descontrol. El Granada cerraba espacios, embotellaba el centro, y cuando llegaba turno de las bandas -descubiertas- tanto Alexis como Villa hacían una pausa que por defecto de extremos relacionados al juego interior no rompen (como sabe hacer un extremo puro por ejemplo). La espera hizo al Granada efectuar ese cambio de orientación sin balón con el oxígeno de sobra.


Lo normal, en efecto, era apostar por alguien que rompa en este sentido, pero Tito no se quiso confiar de una sola banda, y antes, dio entrada a Xavi. A partir del minuto 52' se tomaría nota de las cosas que le faltan a un chico como Thiago. El joven mediocampista no tiene una visión de juego tan pronunciada y exquisita como la del veterano. Su dote técnico suele equiparar ya mucho, pero el futbolista completo que puede ser aun no está. Así que ingresó el de Tarrasa. Giros, vueltas, cambios de orientación, todo en torno a él. Así, el Granada sintió recién cierto vértigo que terminó de poner a los extremos en el uno contra uno que nunca poseyeron anteriores minutos.


Una de las claves también fue que Vilanova mandó a Alexis por la izquierda, facilitando un fuera-dentro que permitió desdoblar aquel carril con Adriano que venía por detrás. Las cosas marchaban ya bien, y el Barça quiso sentenciar con la entrada de Tello al minuto 72'. Lo curioso de esto, es que se enterraron las bandas con dos jugadores, y con el 3-4-3 se fue a remolque. El chileno fijaba a los centrales mientras una línea más abajo Xavi y compañía creaban espacios. Tello amenazó con romper la cintura de Nyom, pero para la tranquilidad del Granada no fue su día.

Un gol in extremis de Xavi y Messi darían la victoria. Sea como sea la frase bonita que suelte aquel gol, el Granada fue superior varios minutos, sorprendiendo a todos la capacidad mental que soportó Iriney, Mikel Rico y compañía. Anquela asumió roles y supo dar con el lado aun no tan soldificado.

16 sept 2012

Simple y decisivo

Determinar el panorama previo a este partido fue sencillo. El Barça, tras parón, presentaba un equipo sin Alexis, Iniesta y Jordi Alba. El grado de determinación se veía reducido. El Getafe, reconfortado creo, presentó a un once coherente y con las ganas de contrarrestar, aunque esta vez, con la amenaza de Messi en el banco. Sus cambios de ritmo fueron un caos, facilitó el gol de Adriano, y restó oxígeno para la llegada del argentino.

Tito Vilanova presentaba un esquema con doble pivote, siendo usual ya a estas alturas: Xavi y Busquets a primera impresión. Con el transcurrir de los minutos, Thiago se sumó a la base pasando Xavi arriba, por delante del balón. Esta variante fue continua siendo un dolor de cabeza para el Geta, que con 4-4-2, trataba de anticipar los encares de Cesc y el brasileño Alcántara. Casi esto no fue posible porque Xavi pasó adelante por definitivo, pero el carril central seguía chispeando sensaciones de nula llegada.

Paralelo a ello se podría decir que el 4-2-2-2 trajo consigo no un sinfín pero sí degradantes transiciones defensivas. El Barça a pleno lustre, le cuesta estar dispuesto para los cambios de ritmo tan radicales. La base de 2 tenía esto. Busquets escalonando propició la anticipación de Lopo, las pérdidas de Thiago entre líneas y Tello sumándose al juego interior (mal timing). Todo ello restó coraza.

Anticipo directo del central a Busquets






Anticipo similar en plena fase de gestación



Lo que estaba claro era que Piqué, con los pasillos libres, el Barça disfrutaba. Tres o cuatro llegadas más al arco de Maño resultaron suficiente para sentenciar el favorito, pero no es bueno contemplar el 1-0 en el Coliseum. Ya en la segunda parte, permitiéndose el ataque posicional azulón, Messi ingresó para dar espacios. Entrando el argentino como 'falso 9', activó de forma escandalosa a Pedro y a Tello -que después saldría por Villa-. Cuatro o cinco transiciones ofensivas fue de sobra para el penal de Messi, su llegada al centro lateral y el enorme espacio a un Cesc Fábregas, que ante la espera rival, no fue previsible nunca.

2 sept 2012

Pequeños destellos

Pellegrino dijo que el Barça dominaba todas las facetas del juego. Pues una verdad innegable, pero hay que recordar una cosa: no está en su momento TOP. Tercera jornada apenas. Este Barça no es más que un 60% del equipo en 2011. Y la cuestión, muy sabia, fue que el entrenador valencianista captó muy bien esos bajones físicos y psicológicos -que es normal- en el conjunto azulgrana.

El 4-3-3 se estrenaba en Liga. Cuando el Valencia presionaba -en su propio campo- Song se situaba entre centrales, Xavi y Messi, por el sector derecho triangulaban con Alves o Pedro (bastante participativo en juego interior). Y ya en ataque posicional, cuando Song se adelantaba un línea porque Piqué y Mascherano ahora eran pivotes, el Barça cambiaba de banda muy a menudo. El 4-4-2 del Valencia fue diluyéndose por el doble pivote marcado de Tino y Albelda, y Cesc esperaba entre líneas.

Las ocasiones se mostraron por ambas bandas. Los centros laterales de Dani, mejor que los de Adriano, hicieron daño alguna vez, y aquellos pases interiores quedaron en pequeños chispazos. Cesc jugando con el Valencia replegado, no brillaba. Su pases eran certeros pero previsibles, y hasta algo lentos. Y Messi, que sigue sacando lustre a su bota, no se zafó como de costumbre en el encare.

Pero el legado de Pellegrino fue el que se impuso, aunque siempre caben riesgos. El Valencia recostado sacó más provecho en el aspecto defensivo, pero sus balonazos frontales aéreos fue pan comido para Valdés y los suyos. La presión si bien fue clave, no influyó en que Diego Alves no tuviera ninguna otra opción que mandarla directamente a campo contrario, con la esperanza, quizás, de causar vértigo a través de la pelota dividida vista en Madrid. Lo cierto es que, vértigo sí que ocasionaron presionando la espalda culé. Robaron más de una vez y llegaron a marcar huellas en el área.

Sin embargo, el Valencia un poco más abierta fue la que permitió profundidad, pero llegaba a defender muy bien. Todo era de acorde a la situación física. Otro ejemplo fue que tras presión a la espalda de Xavi y compañía, esperaban con la línea mediocentro muy adelantada, cuestión que supo aprovechar Messi. Minutos después optaban por replegarse dando la pérdida como algo definitivo.

La segunda parte comenzó agitada. El Valencia pretendía atacar y plantarse en campo propio, pero sabía que el Barça, con un solo gol, saldría a morder de inicio. Así que esperó con las líneas muy juntas, y una vez más salió ganando. Era turno de Diego Alves, pero cuando todos nos esperamos un pelotazo, optó a la salida al ras. Notable fue el cansancio, porque el Barça no presionó igual. El Valencia ya estaba acomodado en campo rival y mediante paredes, logró alguna que otra llegada peligrosa.

Así se tomaron algunos minutos, pero Messi dio la primera amenaza de contragolpe. El Valencia advertido regresó a campo propio hasta la entrada de Iniesta, que si bien no cambió de idea al irse a plantar en campo blaugrana, permitió más juego interior en ese cambio de ritmo ché. Pases infiltrados por todo el ancho del campo hacia Messi, que con todos los espacios, terminaba por recostar a un contrario con las energías muy justitas.

Para terminar, creo que hay que valorar dos cosas puntuales. 1. Lo de Pedro es serio. Sus rupturas son sensacionales si el Barça quiere aprovechar determinancia individual, y su estado dulce lo permite. 2. Tito está por buen camino, a mi opinión. A pesar de estar en estado de pretemporada, como todos, siempre está presente el juego colectivo. Siempre se insistió con el 4-3-3, que apenas tuvo destellos por minutos.

Sacar conclusiones no es lo indicado. Describir como progresan sí. Para confiar completamente en la temporada de Tito habrá que esperar la jornada 10. Así parezca mucho. El Barça no está reluciente hasta casi terminar el año.

1 sept 2012

Ataduras

Me es difícil no analizar todo. Esta dualidad se ha comportado a un nivel tan llamativo, que poco importa si se trata de Supercopa -por tocar el tema físico-. Es José Mourinho versus la consecución a la era Pep Guardiola. El hecho vigente, que está sobre todo, es precisamente eso. La lucha del portugués por querer ganarle a quien fue el verdugo de temporadas continuas. Pero después del miércoles, el tema ahora se centra en las futuras maniobras de Vilanova. Porque el Real Madrid es superior.

Hay que quedar claro, eso sí, para que no haya interrogantes. Hasta el año pasado, la obligación para el Real se resumía en algo muy simple: encerrarse para no sufrir con Messi. El 1-3 del Bernabéu la temporada pasada fue testigo directo de ello. Pero aparecieron baches en la campaña como Xavi, y Mourinho aprovechó aquella circunstancia; que no era prioridad -o quizás intuía que tarde o temprano iba a llegar-, y que solo sacó tajada. Su verdadero y único objetivo se centraba en Ramos y Pepe, que justamente, para el partido del Camp Nou en Liga irían a confirmar la superioridad que consiguieron en la última línea. Pep dio la responsabilidad a un Thiago poco preparado para el interior, y sin Alexis, el Real Madrid se llevó el campeonato.

Paradójicamente, durante y después de ese partido, se infravaloró en cierto modo la buena actuación de Ramos y Pepe que la mala actuación de Xavi. Pintaba fuerte, sin embargo. Estas dos 'bestias' habían logrado condicionar a un Barça que, desde el Bernabéu, se había acostumbrado a hacer frente a la pareja, pero que sin un punta, estos dos se soltaban para anticipar una línea más adelante.

Las cosas hasta la nueva campaña estaban así. El Real Madrid había logrado manejar una situación con sus centrales que para los blaugranas era costumbre 'atar'. Pero todo el cuerpo técnico tomó control, y decidió prever. Y más aun a estas alturas.

Tito en al ida tenía a un Alexis Sánchez disponible y un Xavi reconfortado, pero el estar en pretemporada llevaba consigo una salida pésima tras presión alta. No fue suficiente contar con buenas sensaciones a nivel individual. Pamplona fue testigo. Dada la ocasión, efectuó el 4-2-2-2 y Mourinho tomó nota. Una vez más, el RM se enfrentaba a un Barça sin buena salida de pelota. La temporada pasada por Xavi, y está vez por el colectivo en sí.

En consecuencia, ir a morder iba a ser crucial. Pero ojo que, en el primer partido no se vio estos matices puros. El Madrid retrasó sus líneas. El Barça desactivó todos sus contragolpes con ese doble pivote que favoreció a Busquets en el apoyo por banda, y dio al sistema una sensación bastante buena después de asentarse a los ataques posicionales. Los laterales garantizaban amplitud, y Pedro y Alexis se turnaban según ocasión para fijar a Ramos y el improvisado Albiol.

Pero esta vez iría a ser diferente. El Real Madrid aprovechando la situación culé -ya comentada-, salió como perro al hueso cuando el hecho lo pedía. Y lo más importante, restó moral al 4-2-2-2 (tampoco nuevo) barcelonista en todo aspecto. Tras salida, la presión hizo conceder transiciones ofensivas que poco terminaron en ocasiones claras debido al choque con la superioridad de Pepe y Ramos. Defendiendo juego directo, no ganamos ni una porque los efectivos se sumaban a presionar y dejaban con espacios a los delanteros receptores. Y por último, los nervios y Messi, que muchas veces estropeó más que alivió -como él pensó-, terminaron por forzar pérdidas a un Barça que sí tuvo opciones de asegurar una eliminatoria que muy abierta se mostraba.

Transición ofensiva superada por Ramos y Pepe
Mismo ataque posicional que en la ida, pero con Messi de jefe
La segunda parte estuvo más tranquila. Aunque a su manera. El Barça contrajo una situación difícil de controlar a dos panoramas. Tras salida, la línea de 4 llevó esa pausa, aunque restó efectivos para un ataque posicional serio como en el primer tiempo. Sin Alexis, el Barça se dedicaba a "dormir" el mediocampo hasta la ruptura de un Pedro muy dulce en lo técnico.

Prácticamente, ese fue el único contexto ofensivo a favor culé. Después aprovechó la proyección de Montoya y Jordi Alba para los centros laterales, pero ni causó estragos. Pedro era el mejor encargado para empatar, y sí que estuvo cerca.

El otro panorama fue ver al Real asentado en campo azulgrana, y aunque por suerte no tuvo resultado, sí que hizo el mismo daño que en el primer tramo. Busquets salió sufriendo más de la cuenta. El doble falso 9 expuesto desde el primer tiempo hizo estar a Valdés más nervioso de lo normal. Higuaín, cosa seria.

La tesitura mostraron un Real Madrid con las cosas muy a su favor. Hasta ahora ha gozado de un contexto que la pasada temporada solo se mostraba en detalles determinantes. Llevan la cabeza, son superiores, pero eso sí, la confirmación a su hegemonía aun no llega, y espero que no suceda hasta que Tito confirme que el Barça de agosto no fue más que el calentamiento a los motores, que como vamos diciendo, solo está echando sensaciones.

Mente y cuerpo no están a tope, pero habrá que ver los planes. La profundidad escalonaria que ofrecía el 4-3-3... ¿no está? ¿Y las salidas? ¿Será cuestión de tiempo o Xavi cobra un primer plano? Dentro de 5 jornadas lo sabremos.

26 ago 2012

Ganar en Pamplona

Pamplona es difícil, pero hay que tener claro que los equipos de La Liga no se muestran como tal en las primeras jornadas. A nivel individual se puede pensar qué está bien y qué falta, pero a nivel colectivo debe ser obvio creer el nivel mezquino. Mendilibar antes del partido lanzaba su problema: la defensa organizada. Por eso, ayer ató a su equipo un plan que corría riesgos. Línea adelantada, presión alta, achique por bandas... Nada fue fácil para un equipo culé que ni si quiera logró circular los primeros minutos. En el intento osasunista, el centro lateral -mayor virtud-, hizo daño sirviendo para el gol de Llorente. Hasta el momento, Iniesta, el único de safarse tras presión con un giro, regaló una sola transición. El Barça, eso sí, ganaba robos y causó algún que otro susto.

Pero Tito no utilizó todo en el primer tiempo. Tello, por ejemplo, pedía a gritos pases diagonales a sus desmarques desde la izquierda. 3 o 4 ocasiones hubieran sido pocas. Pero la situación exigía cada vez más a un Barça llegador y con creces. Cuando el Osasuna tomó aire, Alexis encontró los pasillos y se ganó ataque posicional. Tras contra, golpeábamos nuevamente con Cesc de punta y Messi de interior -que ofreció más dinamismo que el '4'-.

El segundo tiempo cambiarían las cosas. El 4-3-3 llegaría a su fin. No llegaba el gol, así que Tito optó por tirar de Messi. El argentino como muchas veces la temporada pasada, fue super protagonista. Ganar así, usando la individualidad de un futbolista, es defecto de un conjunto de esta dimensión, pero a estas alturas quién sabe si Vilanova reaccionó bien.

Media hora fue suficiente para que el 4-2-3-1 ahora dé motor. Alexis de punta se mostró al nivel que dejamos aquellos meses pasados, y Pedro, finísimo, ofreció calidad para reemplazar a Sánchez tirando más del desborde.

¿Consecuencias negativas? ¿Malacostumbrar al equipo? No lo sé. Quizá la frase "ganar en Pamplona" le resonó a Tito muchas veces, y optó por sumar de la mano del '10'.

22 ago 2012

Obligaciones en 90 minutos

Cada enfrentamiento con el Real Madrid ha llevado un contexto social importante y diferente. El hecho es que, esta Supercopa pesa más para Tito que para Mou. Sus palabras desmantelan la intensión. Teniendo eso en cuenta, este primer partido pasa por asegurar la mitad de 180 minutos con una mínima de dos goles. Así reza la norma, pero Tito no quiere tampoco caer en prisas innecesarias. Fiel a su estilo, prefiere volver al reloj su amigo y marcar el ritmo. Con Xavi recuperado y un Alexis Sánchez ya apto para entrar en tensión competitiva, el favoritismo se inclina hacia el lado culé.

En Valdebebas cayó hace poco un noticia, para colmo, pesada. Pepe no estará. Y aunque a simple vista se denota como una baja sin consecuencias notables, sí que las trae. Porque Ramos quedará sin su compinche, y Mourinho tirará de otro plan, quizá desalentador.

La pasada temporada Pep Guardiola, para su desgracia, desató al animal muy temprano. Sin ser su culpa claro, la ausencia del chileno en el Camp Nou en la vuelta permitió que las bestias de atrás se libraran de las cadenas y salieran en busca del protegido, Leo Messi. Encima, el acoso continuo y punzante a los interiores terminó por sentenciar un Barça ahogado.

Esta vez se presenta todo a favor del Barça. Tito puede aprovechar la ventaja tirando del plan que el Bernabéu sufrió. Y si optan por no morder, con un Albiol quizá muy inocente al lado de Alexis y compañía, puedan caer rápido. Nada está dicho, pero José Mourinho parte con una desventaja inusual referente a lo que pasó la temporada pasada. Marcar otra vez se hace obligatorio, y en manos de Tito está aprovechar.

20 ago 2012

No fue cualquier noche

El cuerpo técnico se vio con muchas obligaciones esta temporada. Curar heridas básicamente. Xavi, la principal de todas. La pasada campaña no terminó como lo hubiera deseado, y era comprensible. El problema no radicaba en sus pies, si no en su cabeza. Fatiga física y psicológica.
Dentro de ese difícil contexto, Pep sometió al equipo al 3-4-3 rearmando y ajustando situaciones que por primera vez el Camp Nou visionaba. Al problema le acompañó la recuperación de Messi en los meses de enero-febrero. Y así pues, un Cesc Fábregas que arribó cuando el caos azotaba los planes previos.

Ahora Tito tenía el timón, y dio la talla. Administró excelente. Entre tantas cosas, recuperar a Xavi fue una prioridad. Proteger a Leo una garantía. Y consecuentemente podía tener el gusto de regresar a Cesc a su labor natural, o "ficharlo de nuevo".

Philippe Montanier dirigió un partido descontrolado por él mismo. El Barça presentaba un sistema desalentador para el rival. Y lo más estimulante comenzó por ver a Messi, Cesc y Xavi en zona de mediapuntas, donde su objetivo fue batir línea, y de la mano de los apoyos por los costados y las salidas de presión contrarias se logró crear pasillos que mágicamente llegó gracias a los tres azulgranas.
Uno de los aspectos importantes también fue la presión. El conjunto culé acosó a la Real tras salida limpia, y quitó muchos balones en el mediocampo. Incluso cuando hubo un balón muerto, no permitió la recuperación inmediata rival y trató de llegar lo más profundo y rápido al área contraria, creando así un ataque posicional desde los 3/4 de campo.

Las circunstancias ya eran completamente abrumadoras, pero en el segundo tiempo Philippe mató a su propio equipo mandando a presionar nuestras salidas. El hecho fue que provocaron grandes minutos de un total patio de colegio, y los culés que habían brillado en la primera parte, no dejaron de hacerlo en la segunda, pero cayeron a un segundo plano para hacer ver un transición realmente colosal.

Al 5-1 la terminó por sentenciar las fantásticas sensaciones de David Villa, y la confortante noticia de Alex Song.

No fue cualquier noche.

26 jul 2012

Tito y las cosas "iguales"


Hace no más de dos meses que Tito Vilanova fue presentado como nuevo entrenador del Fútbol Club Barcelona y suele ser típico que se hablen de fichajes. Su contexto genera en las masas gran atención. Así pues, dentro de la espontaneidad popular, han sentenciado un debate que resulta ser estéril y no tan buena. Se basa en decir que con Tito las cosas serán iguales y seguras.
Mi intención no es desmentirla. Tito es un hombre más que seguro para esta labor. A lo que voy, es que por parte del aficionado se nota mucha precipitación a la hora de sacar conclusiones arraigadas con el tema de táctica.
El hecho es que, si repasamos la primera temporada de Guardiola en el año 2009, las imágenes terminaron por sentenciar una situación futbolística asequible para el Barça. Si estudiamos cada rival expuesto con infinidad de espacios atrás por querer salir a "morder", solemos ver que el 4-3-3 se vio altamente beneficiado.
Los rivales con el paso del tiempo nos condicionaron. Ojo que el ser condicionado no solamente está presente en el papel general que tengas dentro del partido, si no también en normas específicas que te permitan continuar en la línea de imbatibilidad. Una de ellas abordó el tema de apostar por la línea 3, del falso 9, del punta Alexis. Nos condicionaron, como es normal.
Hoy por hoy, Tito está gestionando una pretemporada que noto es la mejor desde la primera que realizó Pep en el banquillo. El Hamburgo el martes pasado fue un perfecto rival para comenzar. Las tres zonas del campo encargadas a jóvenes cracks de la cantera que lucieron fútbol de calidad los 90 minutos de encuentro. Un lujo poder analizar.


En primera instancia sorprendió ver el mediocampo. Espinosa, Sergi Roberto y Dos Santos fue recordar lo que algún día nos prometió coraza. Hablando principalmente por el mexicano, nada aseguraba más que la superdotada habilidad para administrar balones.

Por otro lado, Sergi Roberto confirmó un futurible Cesc Fábregas de aquí a tres años. Contra el Hamburgo no exhibió mucho de su principal cualidad, que es apoyar entre líneas, pero dejó en claro el detalle de asociarse a un solo toque. Estoy seguro, es más, que lo puede hacer recorriendo el ancho del campo como lo hace el '4' del Barça. La pasada temporada lo hizo contra el Osasuna por el sector derecho, y esta vez participó y se vio cómodo por la izquierda.
Y aunque sea inevitable hablar de la asombrosa evolución de Sergi Gómez, o de la calidad sobresaliente de Deulofeu o Rafinha, es conveniente enfatizar lo que fueron los futbolistas del primer equipo en este partido.
A carácter simplista se puede decir que todos están a buen ritmo físico y psicológico -salvo por el muy castigado Muniesa-, pero muy aparte de situarse un 4-3-3 con Alves como dueño absoluto de la determinación, se llegó a apuntar muchos aspectos de un jugador que no lo hemos gozado tanto y por culpa de una lesión grave. Es Ibrahim Afellay.


Nos deleitó con los disparos fuera del área junto a los desbordes muy típicos de un chico con tremenda carrera, pero en el Barça su rol ha modificado gran parte de los recursos que manejaba. Tanto Pep en su día como Tito ahora, están explotando otras características del holandés.

Colocado como falso 9, se retrasaba hasta 3/4 de campo para apoyar y asegurar conexión entre el mediocampo y los movimientos ofensivos. El ataque posicional se detenía y reposaba en los pies de Afellay unos segundos para tirar hacia la frontal.
Su toque de verticalidad, en efecto, se caracteriza por tener primero un excelente timing, y en segundo lugar, un gran ángulo de pase -ya que Ibrahim giraba sobre un eje no tan complicado para lanzar el pase definitivo-.
Me gustó realmente como falso 9, aunque ante rivales que exijan mucho más acoso defensivo no creo que disfrute tanto. Detrás del balón, Afellay se ahogaba debido a la anticipación de la línea media alemana.

De esa manera el Hamburgo se convirtió en el rival adecuado para poner a prueba la situación en la que se encontraban ciertos futbolistas casi desapercibidos, y confirmar excelentes recursos de abundante calidad.

28 may 2012

Bailes de antaño


Música entrañable. Me había olvidado su melodía. Bielsa me hizo recordar. La felicidad no llega solo con satisfacción, también con estilo, emoción y elegancia. Eso me lo demostró Pep.
El pasado viernes resonó un viento que hace mucho no gozábamos. El Barça retomó las piezas claves del 2009. Xavi, Iniesta. Sin duda, Pep se despidió a lo grande, y recordando al más sorpresivo Barça que alteró miles de transiciones defensivas rivales.
De eso mismo trató el partido. Marcelo planteó un 4-1-4-1 exigiendo  la marca personal por todo el campo. No tuvo claro que el Barça tiene diferente personalidad colectiva que el Man. U., y lo hizo. Amorebieta encima de Messi. Los laterales atentos a los extremos falsos, Llorente entre centrales, y ya sabemos el resto. Cubrir la espalda evitando el giro es complicadísimo, más si les dejas tocar por delante del balón.

Transición vasca 4+1
Presionar las salidas, recuerdo, se volvió la respuesta de cada fin de semana en el primer año. Rivales tras rivales caían porque los movimientos de Andrés y Xavi entre espacios era intratable. Y el apoyo en el mejor jugador extremo en ese entonces, centralizaba y alteraba la defensa contraria a las mil maravillas.
En el primer tiempo, las llegadas culés se originaron a partir del ataque vasco. Llorente a la cabeza, iba primero en un ataque de 5 hombres. Mascherano, como estuvo excepcional, quitó inmensidad de balones y consecuentemente desactivó a todos los hombres que acompañaban la jugada. Javi, solo en su línea, algunas veces se preocupó más en Iniesta -romper su pasillo contragolpeador-, u otra veces desorientado por el vértigo, simplemente quedó knock-out por la transición ofensiva blaugrana.
Ahora, después de las desaforadas llegadas a través de ataques vascos, en salida del Barça, el Athletic optó muchos minutos con probar aquella marca individual en defensa organizada. Y ahí, en ese momento justo, es donde aparece Gerard Piqué. Aquel líbero, también de antaño, que salía a jugar hasta 3/4 de campo. Y como todos estaban pendientes de su pareja, Piqué aprovechaba ganándole el desborde a tal inocente punta, y cogía vuelo. Después, el tormento se desataba una vez que uno de los más atentos a la marca, se desprendían de ella por querer achicar ante el central. Pero lástima que, la presión era solo a las espaldas, porque ahí dio rienda suelta el patrón de juego que la comandaba Xavi e Iniesta, junto a los sorprendentes Busquets y Messi.


A partir de ahí, Marcelo ordenó a que un hombre de la línea de cuatro ofensiva se suelte hacia la presión de un central. Así quedaban los dos puntas versus los dos centrales. Lo que no estaba en el conocimiento del rosarino, era que el resultado fue una alternativa que Piqué hizo innegociable. Coger vuelo para el central es darle mucho. A parte que llegando hacia un panorama ya no tan cargado, por el desprendimiento de un hombre del mediocampo, hizo funcionar mucho mejor a nuestro viejo patrón de juego posicional. Ahí también llegó Montoya. El lateral que maneja un timing impresionante, y que lo veo cargado de condiciones incluso mejores que las de Alves de cara al futuro.

El caso es que Bielsa no permitió más castigo, y regresó al 4-1-4-1 sin el desprendimiento de nadie. El marcaje se convirtió en algo tedioso en aspectos de profundidad, pero Piqué no cambió en ningún aspecto, Iniesta tampoco jugando hombre a hombre, y Leo no dejó de desestabilizar un sistema que como utopía recorre los sueños del Loco.

La balanza resultó inclinadísima. Para nada igualada desde el plano táctico como lo había previsto. Suena a decepción, pero si analizamos los entornos de estos fantásticos entrenadores, no podemos evitar decir que Marcelo sueña con cada cosa relacionada a "la esencia que hizo nacer al fútbol".  Tenía precedentes que pudo haber hecho el encuentro más igualado -desde otros jugadores contextuales- pero optó por situaciones a las que el Athletic aun está verde.

Artículos relacionados:
La previa del Athletic-Barça : http://bit.ly/KSEyTR
Análisis del juego técnico y táctico vasco http://bit.ly/IQDM8P

24 may 2012

Morir en el intento


Marcelo se ha plantado a imponentes equipos que no los creíamos perder. Les gusta a muchos, es detestable para otros. La radicalidad del rosarino es dañina en algún tramo del camino, pero se admira su completa devoción a la esencia que hizo nacer al deporte rey. No tiene miedo a la muerte, por eso muchas cosas como su metodología defensiva, que es presionar hasta mitad de campo y luego aferrarse a una marca personal severa cuando roza las líneas de cal del área suya, terminan siendo algo tan simple de explicar como cualquier estrategia de deporte. (Análisis táctico breve del Athletic)

La noche del sábado 31 de marzo no se olvidará, o al menos para los que llevamos imaginando la final de Copa hace semanas. Ese día Bielsa dio el primer aviso. No darán minuto de respiro al apoyo. Y contará con el mejor recurso que ha tenido en toda su etapa como entrenador.



En todos los minutos de aquel encuentro, el Barça sufrió porque encontrar desmarques y paredes era complicadísimo. Pero la mayor advertencia se dio a los 60', cuando el gigante de metro noventa y pico se plantó en el sector de los centrales. Lo destacan por su juego aéreo sin duda, pero tres cuartos de sus acciones han sido parte de elaboración ofensiva en campo rival a través de su recepción de espaldas.

Y es que sería acorde descifrar cómo contrarrestar las ventajas por parte del Athletic. Los vascos presionando numéricamente a ritmo tedioso, lo más probable es que nos hagan sufrir, más aun cuando Xavi no resucita -o al menos sigue sin confirmarlo-. Segundo, que tras el complicado método defensivo vasco, podría aparecer el futbolista que se adapta a este tipo de contexto. Y tercero, en ataque, bajo las recepciones intratables de Fernando, la pregunta más obstinada sería si Pep confía plenamente en su presión, o da cabida a otro tipo de plan mucho más cauto. Hay que tener en cuenta que si se apuesta por presión, la efectividad tendrá que ser el doble de lo que se acostumbra, ya que si falla, nos veremos obligados a ver casi todo el Athletic encima nuestro, triangulando -cosa que para ellos también no es tan fácil debido a sus carencias técnicas-. Y si se apuesta por lo contrario, las segundas acciones de Muniain suelen ver receptores rápido y propiciar estragos.

Ante eso Pep enfrenta su último reto dirigiendo al club que lo hizo grande. Es sin ninguna duda el motivo más impresionante para ver la última "Guardiolada" -si es necesario ver, claro- , el viernes por la noche. La balanza está igualada tácticamente. Parar a Llorente es un objetivo complicado, y arriesgar no admitiéndolo, hacer caso al bielsismo. Necesariamente se tendrá que pasar por riesgos. ¿Quién morirá en el intento?