26 ago 2012

Ganar en Pamplona

Pamplona es difícil, pero hay que tener claro que los equipos de La Liga no se muestran como tal en las primeras jornadas. A nivel individual se puede pensar qué está bien y qué falta, pero a nivel colectivo debe ser obvio creer el nivel mezquino. Mendilibar antes del partido lanzaba su problema: la defensa organizada. Por eso, ayer ató a su equipo un plan que corría riesgos. Línea adelantada, presión alta, achique por bandas... Nada fue fácil para un equipo culé que ni si quiera logró circular los primeros minutos. En el intento osasunista, el centro lateral -mayor virtud-, hizo daño sirviendo para el gol de Llorente. Hasta el momento, Iniesta, el único de safarse tras presión con un giro, regaló una sola transición. El Barça, eso sí, ganaba robos y causó algún que otro susto.

Pero Tito no utilizó todo en el primer tiempo. Tello, por ejemplo, pedía a gritos pases diagonales a sus desmarques desde la izquierda. 3 o 4 ocasiones hubieran sido pocas. Pero la situación exigía cada vez más a un Barça llegador y con creces. Cuando el Osasuna tomó aire, Alexis encontró los pasillos y se ganó ataque posicional. Tras contra, golpeábamos nuevamente con Cesc de punta y Messi de interior -que ofreció más dinamismo que el '4'-.

El segundo tiempo cambiarían las cosas. El 4-3-3 llegaría a su fin. No llegaba el gol, así que Tito optó por tirar de Messi. El argentino como muchas veces la temporada pasada, fue super protagonista. Ganar así, usando la individualidad de un futbolista, es defecto de un conjunto de esta dimensión, pero a estas alturas quién sabe si Vilanova reaccionó bien.

Media hora fue suficiente para que el 4-2-3-1 ahora dé motor. Alexis de punta se mostró al nivel que dejamos aquellos meses pasados, y Pedro, finísimo, ofreció calidad para reemplazar a Sánchez tirando más del desborde.

¿Consecuencias negativas? ¿Malacostumbrar al equipo? No lo sé. Quizá la frase "ganar en Pamplona" le resonó a Tito muchas veces, y optó por sumar de la mano del '10'.

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