19 ago 2013

Notas rescatables del Barça-Levante







Como en cualquier goleada escandalosa, la gente solo tiene ojos para disfrutar de quienes tuvieron la chance y quienes recibieron el castigo. Si este fuera una análisis táctico, la relevancia sería nula. Levante olvidó su alma en Valencia y desde el primer minuto no fue agresivo. Caparrós lo sufrió.

Al fin y al cabo, las expectativas no fueron las adecuadas pero... ¿algo de bueno ha de tener un partido así? En este breve texto se aclara y toma nota de los rasgos que empiezan a ser costumbre en el Barça de Tata Martino, lo curioso y positivo que se rescató.

1. "Al trote soy el mejor"

Desde que el Barça cuenta con Messi y el juego de posición, los inicios de Liga en el Camp Nou han sido pan comido. Si para el rival se le hace difícil dominar sin balón (o sea, manteniendo la intensidad y eficacia defensiva), estar con un nivel físico y mental bajo se hace imposible. El juego pausado y con alto ritmo en la circulación, de por sí, "enloquece" al rival. Y teniendo en cuenta la recién terminada pretemporada, los primeros partidos con estas circunstancias hacen tener al Barça partidos sencillos.

Pero muy aparte de que el Barça haya superado fácilmente el 4-4-2 de Caparrós, se puso mucha atención a los movimientos y jugadas que empezaron a realizar los nuestros. En primer lugar estuvo Alexis Sánchez, que presentó una serie de rupturas y, sobre todo, un juego mucho más interior que temporadas atrás. El 'Tata' Martino, teniéndole una especial consideración, intentará que sus giros y gran agilidad para encontrar huecos sea clave para un juego ligeramente más vertical.

Zona ocupadas por Alexis
Pero ese juego "ligeramente más vertical" no sería posible sin correctos movimientos sin balón. Muy aparte de los típicos desdoblamientos por banda, el juego pausado de Xavi y la movilidad de Cesc, muchas diagonales se llegaron a trazar al borde del área. Pedro ha alcanzado un nivel extraordinario. Está más fino con sus regates, y gracias a sus correctas lecturas con Adriano, sacó rédito de su viveza.

Aquí una jugada típica del 'Tata' team. Al segundo intento fue gol.



2. Amigo de las permutas

Otra de las cosas por el cual no sería posible el funcionamiento del sistema es la permuta. El 'Tata' es amigo de la permuta. Le gusta que sus jugadores intercambien posiciones. Messi, ayer, fue uno de ellos. Difícilmente, al igual que las "chinchetas" del año pasado, era imaginar a Messi dejando su posición de "falso 9", pero ayer lo mostró, y se predice resultados positivos.

Zonas ocupadas por Leo Messi

Principalmente, porque tras su presencia en zona de Alves, se recuperó aquella sociedad encargada de hacer crecer el tiki-taka en 2009. La sonrisa del brasileño, desaparecida, volvió. Y el Barcelona, descansó. Su virtuosismo es único e inevitable para cualquier defensa armada por líneas.


Lo que no fue novedad es que bajara hasta zonas de interior. Al retener el balón o recuperarlo por el carril izquierdo, Leo aprovechaba en situarse entre líneas o por debajo de ellas en el otro carril. Así, en un cambio de juego rápido, Busquets o cualquier otro podía encontrarlo, viendo imaginariamente un escape rápido y sencillo, como una alfombra roja con dirección hacia el área. Lo otro es que Cesc, que acompañaba al argentino con la posición de delantero centro, no acompañó con las correctas diagonales que suele hacer, en su caso, Alexis Sánchez.

3. ¿Por qué no se fichó a un central?

Un tema que ha sido bastante comentado fue el hecho de no fichar un central. El problema es que, tras la lesión de Puyol, toda la gente entendió que la razón principal era sustituirlo, pero no fue así. Tito Vilanova, el año pasado, no sacó rédito a la presión porque sus objetivos en la primera mitad de temporada pasaron por conservar mucho más el balón, y el 4-2-2-2, siendo bueno, no cultivó ese matiz a principios de año. ¿Qué pasó? Lo pagó con Mascherano y Song, que no son centrales estándares, y por tanto, ante una defensa más estática, no pudieron conservar sus cualidades.

Con el 'Tata' defendiendo a muerte la alta presión, los defensas centrales no vuelven a enfrentarse más a ataques estáticos, sino, siempre directos y rápidos. Tanto Piqué como Masche llegan a anticipar (que es atacar), mas no tanto a marcar.


La presión tras pérdida hace que los centrales solo se ocupen de anticipar. Y tras conocer ese concepto, se hace más comprensible que la llegada de Agger o Sakho no se produzca.



[*] Cuadros estadísticos de Squawka (Barcelona 7-0 Levante: http://la-liga.squawka.com/barcelona-vs-levante/18-08-2013/spanish-la-liga/matches)

[*] Disección de imágenes: Gonzalo Haro

8 mar 2013

Punch azul y grana



Las duras derrotas y el dolor de cabeza en portería quisieron ensombrecerse un rato. El equipo quería tener un momento de aire. De oxígeno. Un lapsus para encontrar algunas sensaciones casi perdidas. El partido ante el Depor significó eso, pero en el Barça quisieron hacer entender que esperaban algo más. Otorgaron el positivismo a la palabra gol aunque no fuera recomendable a estas alturas. A pesar de todo, un 2-0 poco contundente. Nadie sabe de aquí a dos meses que equipo habrá, pero algo salió a flote la noche pasada, que nos hizo creer en las distintas alternativas que el grupo tiene si pasa por problemas. El martes se hace esperar, como el once más competitivo.

Pensar cómo vencer al Milan pasa primero por una introspección. Es decir, el problema no fue con el rival; fue un problema propio. Por eso era tan importante el día de ayer. No era solamente recuperar "sensaciones". Era renacer el gol con, sobre todo, la generación de un juego determinante, que ayude a creer ante las circunstancias. Alexis, Villa, Thiago y Tello proponen esas cosas; caracterizadas por ser distintas. A merced de todo esto, el Barça busca reivindicarse en su juego ante los rossoneri. Y es que, antes de ir hacia las soluciones, deberá repasar sus fallos. San Siro fue testigo de todo lo que no debe hacer.

El equipo catalán, este año, es dueño de un ataque posicional distinto. La dirección de campo, es decir, el camino por donde se dirige el balón o la intención de ataque, no es la misma que hace un par de años. En 2010, por ejemplo, el equipo circulaba la pelota y su profundidad dependía de Xavi Hernández. Él era el conductor y el típico "director de orquesta". Con los cambios que trae el tiempo, un día el de Terrassa dejó de ser él, y quien suplió el trabajo fue Andrés Iniesta y Lionel Messi. Su función llegó a ser la misma: dar profundidad, aunque de forma mucho más vertical, tomando en cuenta su juego de cada uno. La clave o detalle es que, esta nueva vía no se origina de manera abrupta o forzada. Es decir, no quiero decir que el Barça sea un equipo "vertical", sino que finaliza o define su circulación con las acciones del manchego y el argentino. Es diferente. El movimiento de profundidad se da pos-circulación, o mejor dicho, después de girar (desordenar) el sistema rival.

Maneras de lograr la profundidad después de la circulación (antes y ahora)

Teniendo claro esta primera vertiente, la segunda abarca el efecto emocional que causa la ausencia de Vilanova. Este Barça sin el jefe conlleva riesgos. Justamente, en Milán surgió el más gordo; que el equipo comenzara a dudar. Está claro que Roura no abarca la experiencia que se necesita, y esto comenzó a notarse en el partido de ida. ¿De qué forma? La dirección de campo no fue la correcta.

Con esto de antemano, vayamos al asunto. Recapitulemos y comprobemos por qué el Barça dudó. Para empezar, recordemos que en Italia se presentó el once clásico de esta temporada. Todos los vaticinios señalaban a un Milan con muchísimos problemas defensivos, y que la balanza a favor de resultado culé era una cuestión de espera. ¿Qué pasó? ¿Por qué el Milan se volvió tan fuerte? ¿Por qué el Barça no chutó bien a puerta en 90 minutos?

En primer lugar, Allegri no plantó a su equipo retrasado. Juntó sus líneas, sí, pero siempre adelantadas, tocando casi la línea divisoria (cuestión que se ve a menudo en los rivales del Barça). Solo iban detrás de la espalda de su marca, y la única presión que ejercieron fue cuando el Barça recibía una pelota dividida o le tocaba a Valdés dar el primer pase. ¿Qué hicieron los culés? Sobre el papel, nada novedoso. La mayor atracción la tenía Iniesta que lograba superioridad numérica en banda izquierda. Messi andaba escoltado por Ambrosini. Pronto, sus movimientos empezaron a agitar la situación. Pero el problema y gran fracaso colectivo del Barcelona estuvo en la interrogante.

Y es que lo primero que se observó fue un bajo ritmo de balón. El Barça andaba lento. Desde un principio, Piqué, Busquets o Puyol no alcanzaban a tocar rápidamente, sino que, empezaron a pasar con la velocidad, que más adelante, los italianos agradecerían. 0 agresividad.






La aspereza de los italianos la produjeron tres características que a la vez, crearon la atmósfera de "no podemos entrar" o "no podemos crear ocasión de peligro". Un error fundamental que se asentó en la mitad de campo y que más adelante, con los problemas a raudales, desde el banquillo no pudieron solucionar.

-El inicio de la jugada fue la acción clave. Como Messi e Iniesta cobraron presencia en la base, se intentó verticalizar forzadamente, es decir, salteándose el primer paso: circular el balón por todo el acnho. Por culpa de ello, los costados, dejando de ser importantes, bajaron la dosis de peligro. Y al llegar alguna pelota a Dani Alves o Jordi Alba (que eran apoyos para los del centro), los extremos y laterales contrarios cubrieron bastante cómodos. El Barça aclarecía erróneamente un camino que partía del carril central.

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-Circunstancialmente (cambio de ritmo, cansancio y errores italianos), hay que decir que el Barcelona desde el dentro-fuera logró llegar. Fueron dos o tres jugadas que determinaron plantarse en 3/4. Aun así, las limitaciones estaban predichas. Con el Milan achicando en la frontal de su área, Dani Alves y Jordi Alba -llegando en carrera- fueron quienes finalizaron todo. Aquí acabó el ataque: en los centros, cuestión que fue pan comido para Mexes y Zapata.

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-Lo que remató la faena rossoneri y nuestra tortura a nivel mental y físico, fue el momento en el que el Milan tomó la bola. Condujo con toda la tranquilidad del mundo. El Barça de hoy no presiona ni es agresivo cuando pierde la pelota, y tampoco tiene una defensa estática sólida. No hay cosas que puedan servir para contrarrestar o si quiera molestar el paso de los rivales por nuestro propio campo. Se ven autopistas, incluso.

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El mal desempeño de la dirección técnica se notó en otra cuestión de suma relevancia: la opción Leo Messi. El argentino, con problemas serios anteriores días (aquí su completa lectura), tenía suficientes problemas para enfrentar a los centrales o a más de un rival, sin embargo, no era un excepción la garantía de pasar a uno solo y aprovechar espacios con rapidez. Más aun si no es cara a cara. Ante el Milan, se le presentó un panorama que lo situó en la derecha. Con la dirección de cuerpo rival distinta, Leo pasó de Constant, produjo el fuera-dentro de Dani Alves y obligó a que Muntari se dirigiera hacia el costado para frenarle, quedando el carril central bastante descuidado. No se entendió la falta de insistencia en ese "rol", pero fue sin duda la pista o solución más seria de cara al martes. Leo por derecha desestabiliza el sistema rossonero (click aquí para ver sus acciones). Como tan erróneo fue el plan, eso sí, todo ello (que nació sin ser planeado) fue desaprovechado.

Sobradamente, el once de ese día pudo sacar un gran partido. Al menos con un empate, pero mediante un camino con las cosas bastante claras. Confundidos en la gestación de la salida por una apuesta que aún está empezando a levantarse, el Barça debe buscar no solo contra el Milan -sino también contra el Real Madrid-, algo diferente.

Un plus que le ayude a volver a creer. Ya sabemos de las carencias que tuvo el equipo en San Siro, pero hablar solo del intento por "hacerlo bien" no encaja en una eliminatoria de Champions. Cualquier partido de tantas cicatrices y sentimientos encontrados no tiene estas cosas. En realidad, ningún partido de fútbol lleva una lógica. Este deporte no es ciencia. Por ello, ante todo lo demás, Tito desde Nueva York puede empezar a decidir si Alexis debe entrar para dar un aire nuevo y fresco.

¿Estará preparado el chileno? Una grandísima actuación puede noquear aun más la defensa organizada que imponga el Milan. Y es que la incorporación de Alexis, en mi opinión, se relaciona directamente con el puesto de Pedro. Me explico. Discutirle la titularidad a Cesc es más lógico por los problemas que pasa el de Arenys, pero supongamos que el equipo llegara a la orilla del área y Messi fuera opción por derecha. La presencia del '4' es la más importante junto a la de Xavi cuando se sitúa de espaldas en la frontal. Si el achique tan férreo por parte de los italianos no fuera posible por el vértigo que genere Leo en derecha, los espacios estarán mejor vistos, y ahí el juego de Fábregas dará muchísima fe. Solo por ello, y en ese sentido, no se discute su presencia.

Por otra parte, si se rechazara la Opción Leo Messi, creo que el Milan destinaría su posición en el centro. Embotellaría y regalaría las bandas sabiendo que el Barça tiende a centrar cada vez que pasa esto. Si se da la ocasión, Alexis puede rendir y sacar algo de bueno en la lucha con Mexes y Zapata. El único y preocupante detalle: que teniendo en cuenta que el chileno ve portería en una de cuatro ocasiones, el Camp Nou tendería a llenarse de ligero nerviosismo, y eso ante un partido donde tienes que marcar 4 goles no es aconsejable.

Al borde de su caso, está David Villa. El asturiano no es cualquier opción, ni una más. Su incorporación en banda izquierda forzaría a optar por el 4-3-3 con extremos y quitaría la superioridad numérica que se tuvo con Cesc Fábregas desde un comienzo. Claro que, circulando el balón, los espacios surgirían en gran dosis, pero la cuestión está al pisar área. Los rossoneros, a pesar de no hacerlo mucho, demostraron en la ida que saben reducir los espacios. La participación del "Villa centrado" (que es lo normal) no solo dejaría únicamente a Xavi en el rol de espaldas de la frontal, sino que aumentaría presencia en el área, y aquello sin algo que primero apueste por ganar posición (y en efecto, desordene), tiene poca garantía de éxito.

Por último, y ante la posible baja de Hernández, el fútbol de Thiago pone sobre la mesa un saco de aciertos y peligros. El chico ofrece dinamismo, elimina el espesor y produce mucha mayor activación mental en los de su alrededor. A la vez, no es un jugador que asegure conservarla (menos hoy que una pérdida provoca largos minutos de persiguir el balón). Sin duda, puede agitar un poco la situación, pero a favor o en contra.







El Barça, con la lección aprendida, debe tener en cuenta una cosa más: salir agresivo desde los primeros minutos servirá mucho. De arranque, dejará noqueado al rival. Y como el Real Madrid en Copa, estar mentalmente desactivado no te deja pensar en una salida fácil. Sin embargo, ante el análisis al juego culé que hoy día nos depara, asegurar un clima de tranquilidad tampoco tiene sentido. Vivimos otros tiempos. Este Barça es más "humano", y aunque al culé a veces le cueste asimilar, el ambiente de ahora es de adrenalina.

El precio del balón, por ejemplo, se ha encarecido mucho. A veces tanto, que el equipo juega para "evitar contras". Y soporta. Sufre. Pero por ello parece que también aprende. En dos días tiene que salir a atacar, y Vilanova está pensando en el tipo de punch que dará sorpresa. No hay más revuelo. De principio, circular bien el balón es tarea obligatoria. Lo demás, tarea de un Camp Nou avasallador y una plantilla repleta de optimismo.

6 mar 2013

La verdadera situación de Leo Messi


Messi fue hace días el foco de atención de muchos periodistas, pero no fue sorprendente que conclusiones concretas y objetivas no hubiera. El análisis no estuvo muy bien estructurado, y es que con solo números no podemos argumentar. Leo sufre su primer bajón desde que fuera leyenda. El chico que soportó temporada tras temporada partidos de altísimo nivel, presenta un ligero fallo en sus pies, cuestión no reprochable y más bien comprensible, como en cualquier gran futbolista. El hecho es que, ese bajón no es algo desapercibido, o no debe ser, y la razón es la misma por la cual el argentino se ha convertido en el jugador más determinante en el sistema culé después de Iniesta.. Messi acapara la más importante arma cuando el Barcelona llega a pisar el área rival. ¿Cómo? Pues junta rivales. Y todas nos retratan una sola cosa: que cuando Leo tiene el balón, al no ir dos o tres, sino cinco, crea espacios por la atención prestada (orientación del cuerpo, miradas, presión). Así pues, goles, transiciones y muchísimos ataques posicionales llegan a concretarse.

Ejemplo:


¿Qué pasa en resumen? Que Leo sigue haciendo goles, creando asistencias, pero ha perdido su arma más importante: el regate. Es decir, aún le salen, pero circunstancialmente. En definitiva, plantearse encarar es ahora mismo, difícil. Ya no arranca en slalom, pasa rivales o desborda. Cuando antes le salía cualquier diablura en medio de un diminuto espacio entre contrarios, ahora no. Entonces, ¿se supone que las pérdidas de balón son el problema? No. Todavía no hemos encontrado el dolor de cabeza.

Contra el Granada Leo Messi no perdió ni una sola vez la pelota. Por lo cual, la situación es la siguiente: al perder amenaza de regate, Leo ya no tira de su individualidad, sino directamente el Barcelona pasa de ello para que se dé rápidamente una asociación. Entonces si se obvia el más importante paso de "balón a Leo para crear espacios", el rival se posiciona muchísimo mejor y el Barcelona es más previsible. Esta es la cuestión:

Messi obvia su regate y pasa el balón. El rival está mejor posicionado para cortar la jugada.

En el fútbol a veces se depende de jugadores para poder aumentar muchísimo más tu potencial. A mi punto de vista, no comparto que se desaproveche recursos tan buenos como los desbordes de Tello o las rupturas de Alexis cuando Leo falla. Lo que faltó en Milan fue más algo de abajo que de arriba, y por ende, lo poco que le quedó a Messi se lo comió Ambrossini. Ante Sevilla, Roura le regaló 45 minutos de relax con Villa sujetando a los centrales, pero no pasó a ofrecer soluciones de cara al Clásico, que confirmó esa inferioridad tras la falta de su desborde que hace falta en minutos tan difíciles como de aquel día. Falta recuperar a nuestro genio; y ojalá que se dé lo más pronto.

11 feb 2013

¿Cómo soñar en el Camp Nou?



El Málaga de Pellegrini marcó al Barça y atestiguó una realidad mediante Iturra. Por suerte, El Ingeniero tiene a un equipo que le va muy bien la presión, y supo mantener 180 minutos de desgaste recompensado en conducciones cerca de Valdés.

Tras ello, los rivales que visitaron el Camp Nou quisieron adoptar un plan similar al de los malaguistas pero no lo lograron. Osasuna plantó un bloque defensivo alto y el Barça entre líneas se lo pasó en grande. De esa manera, las claves para vencer al conjunto culé en su casa ya están casi sepultadas. Como si la hubieran enterrado. Quizá solo el regreso de otro Málaga -sin dejar de obviar al Real Madrid-, pueda dar la sorpresa nuevamente, pero está claro que este Barça ya no tiene ese rival en casa.

Sabiendo que el calor sofocante que induce el público al Camp Nou ya pesa, el equipo esta campaña presenta definitivamente sus dos caminos como llaves del ataque posicional (Iniesta y Messi). Estas, sin contar lo determinantes que son a nivel individual, han cargado el nivel de finalización en los últimos metros. La banda de Iniesta con sus dos socios, el carril central de Leo y la cada vez más evolucionada banda de Alves, han hecho que las asociaciones sobre el área sean el triple más temidas que hace dos o tres años.

Hoy, las cosas envueltas así, hacen del Barça intratable. En ese sentido, los equipos huyen. Pero a su vez, los entrenadores declaran que la causa es ocasionarle situaciones en mediocampo. La explicación no es compleja. El otro causante principal es la salida blaugrana. Sin Xavi como matriz, todos se llegaron a enterar que algo de jugo podían sacar si almacenaban energía en dicha zona. Pero se armó otra escena, de la cual fue víctima el Getafe de Luis García.

Quizá sea difícil diferenciar rápidamente entre ser temerario y valiente. El equipo azulón, según su entrenador, fue lo segundo. Y es verdad, aunque no pareciese. Teniendo claro los problemas serios con defensa replegada, los cuatro hombres que salían enchufados una vez el robo, se castigaban cuando Song o la zaga, anticipaba y armaba una transición ofensiva recostada en el fútbol de Iniesta.

De principio y por obvias razones, el bloque defensivo a tal altura no es la misma a la del Real Madrid. Siendo un ejemplo los de Mourinho en términos de intensidad, los Boquerones se quedan cortísimos. Thiago, Messi e Iniesta juntando rivales, abrían los costados. La circulación se tornó más agresiva y las situaciones comenzaron a caer de por sí. La salida, que partía del círculo central y no desde muy atrás (el Getafe no permitió nunca a Valdés jugar en corto), se basaba en movimientos tan simples como decisivos. Song entre centrales para activar los pasillos a Piqué. Thiago e Iniesta separados para la entrada del camerunés mediante regates (su partido más acertado). En fin, ir de izquierda a derecha y viceversa fue muy pesado para el Getafe. Solo hasta notar algún mal gesto técnico y salir jugando lo más lejos posible, Colunga y Barrada tuvieron respiro. Pero en seguida, Andrés se comenzó a frotar las manos. Amagó, juntó y pasó. Su imagen en el partido lo describe todo. Sin quedar conforme, cumplió unos 90 minutos sublimes cuyo juego trató en frenar la velocidad y aumentar el vértigo. Junto a él, eso sí, congeniaron Alexis estirando la línea defensiva y Villa desmarcándose por dentro continuamente.

La pregunta de Luis García antes del partido fue esta: "¿cómo soñar en el Camp Nou? ¿Replegar? Ni hablar. Solo nos queda adelantar líneas, y por tanto, preparar a nuestros jugadores más ofensivos para lo suyo. A ver si Thiago tiene un mal día como aquellos, y Andrés no está tan fino..."


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3 feb 2013

Tachando el gran mito





José Mourinho y su Real Madrid tan singular ya son mejores que el Barça en activación de juego. De hecho, todo el 2012, los encuentros que tuvieron presentaron una balanza inclinada hacia los blancos. Aunque cueste aceptar, así ha sido. De repente, el miércoles pasado, giró la moneda. El FC Barcelona mostró nueva cara, y las sensaciones que arrojó se mostraron positivas, aunque a expectativas de todavía ver al The Special One con todos sus titulares. Aun así, fue curioso e interesante apuntar que, a comparación de años atrás, el actual panorama es realmente inevitable de ver como un gran referente.

Hace semanas, comenté, de forma simpática, la situación de Xavi. Se presentaba en el Barça 2013 como casi el mismo de dos campañas atrás. Ese gesto técnico tan maravilloso había regresado. Aún es un hecho, pero los últimos encuentros en el cual el conjunto culé sufría presión, cierta cuestión salió a flote. Xavi dejó de ser determinante. En salida, dejó en claro que ya no es el de antes. Es verdad que nos retrató algunos partidos con problemas hace mucho tiempo, pero a mi opinión, aquellas escasas anécdotas presentaban una caso diferente y peor. Hoy por hoy, sin 3-4-3's ni doble pivote, la situación del hombre de Terrasa es más que notoria teniendo a todos sus socios. Las salidas del Fútbol Club Barcelona siguen pasando por sus pies, pero ya no por su mente.

Gestionar la salida culé no es solo pedir la bola y repartirla donde según convenga. Es moverse sin balón, formar triángulos, escalonar. De todo ello, a Xavi le queda poco (solo el mejor gesto técnico). En partidos tan exigentes como ante al Málaga o Real Madrid, quien tomó el timón fue Messi y Andrés Iniesta. El argentino en La Rosaleda hacía la cosa más sencilla del mundo (para él): mostrarse en línea de mediocentros, girar y pasar a dos o tres contrarios que se le acercaban. El manchego, en casa rival, se infiltró por el centro y cambió de cara un partido igualadísimo. Tajantemente, competir no justificó que Tito haya utilizado esas opciones del todo coherentes. Pero tampoco que Xavi estuviera presente.

Con todo esto, no se apunta al Barça como un equipo con mala pinta. Este mes de enero se ha confirmado como la cuarta oportunidad de tocar cima, y la razón está en el día donde Pep Guardiola prescindió del '6'. Tito, haciendo las cosas a un nivel grandioso y más cauto, ha seguido la línea que el de Santpedor trazó, aunque eso sí, de salvarse de algún intercambio de golpes, misión imposible. Por ser un equipazo, Messi, Iniesta y cía ya se han acostumbrado. Hasta diríamos, le han agarrado el gusto.

El Valencia CF-FC Barcelona fue testigo de cosas fundamentales. Ante todo, que el Barça no sufre ninguna "cuesta de enero". La explicación táctica es lo de Iniesta-Messi, lo cual fue planteado a comienzos de 2013. Los  dos cracks son apuestas nacientes (o sea, con errores), sin dejar de ser tentadoras. El de Fuentealbilla está para cambiar dinámicas mas no para llevar el peso de 90 intensos minutos. Necesita pausa, y muchas veces, tan involucrado, provoca que el contrario robe sin mirar hacia atrás. Por otro lado, Leo es verticalidad, pero siendo una opción a veces "explotada", el rival aprovecha en el achique. Tras todo esto, el Barça frenando una transición a tan baja altura, es jugar con fuego. Sergio Busquets nunca quedó tan "desnudo". Y es por ello que, todos los rivales con excepción del Osasuna, han salido a presionarle con tantísima intensidad. Encima, Valverde tenía algo muy en claro: ni Real Madrid ni Barcelona salen sin resaca después de un Clásico tan competitivo, ergo, armó un bloque defensivo muy alto, desafiando la poquita frescura culé.

Ante el problemón plantado en Mestalla, Roura mantuvo el once con la única variante de Mascherano por Puyol. Entonces, la escena de Xavi pidiendo auxilio se repitió. Lo único diferente, o especial, es que este partido presentó a los dos caminos con igual número de oportunidades. Saliendo por el carril derecho, Messi amenazó los primeros minutos con batir la línea de 4 (Bernat, Banega, Tino, Guardado) para encontrar a la espalda del pivote (Víctor Ruiz) a Xavi. Seguidamente, Iniesta tras circulación siempre esperaba en el uno contra uno, pero sabemos que esa imagen no es la interesante, sino la de cuando Jordi Alba pasa a su espalda o Cesc Fábregas rompe en vertical.

Messi retrasa y pasa rivales

Iniesta, tras circulación, siempre encuentra a Jordi como socio

Los 45 minutos controló mucho más el Valencia, principalmente a través de los robos y las continuas gambetas de Banega. El Barça, encontrando a ratos la profundidad, terminó de instalarse con Iniesta y Messi. El '8' que partía desde la izquierda, logró una vez más superar el pressing y crear espacios entre líneas. El '10', cada vez que encontraba huecos, aprovechaba para romper, aunque eso sí, su recorrido a lo largo del partido demostró lo difícil que fue llegar a pisar borde de área:

Mapa de calor de Lionel Messi. Participó mucho más en mediocampo.
En cambio, Andrés, a medida que avanzó el partido, llegó a permutar con Cesc para trabajar como interior. Su rol atrayendo rivales para aprovechar la espalda fue crucial, y dejó al Barça más tranquilo de lo no tan asegurado que estaba.

Mapa de calor de Andrés Iniesta. No ocupó mucho su banda, como es habitual.
El equipo culé luego de abstraerse en Mestalla, lo que deja en las siguientes jornadas como gran interrogante es si el sistema continuará concibiendo buen progreso futbolístico. Si el contrario decide presionarle, tendrá que batir líneas sin Xavi. Al menos fuera del Camp Nou, Iniesta y Messi podrán verse exigidos cada vez más. Sin mucho que esperar, lo que Tito más ansía es recuperar aquella prometida racha que impulsó a creer en sus dos apuestas. No son malas, más bien son excitantes. Para llegar a ellos, solo hace falta paciencia, y el Barça es el único equipo en el mundo dotado para regalar algo así.

22 ene 2013

Agitar la coctelera












Quizá Tito no lo soñó tal cual, pero no es un hecho nuevo que esta generación de futbolistas provenientes de La Masía supere tus ideales. Comenzando por Leo Messi. Sin su presencia, al verano agitado que tuvo que pasar el Barça para dosificar y asegurar la recuperación de Xavi, no le hubieran acompañado las buenas sensaciones -basado en los números-. Ese es, en realidad, la gran razón de Tito para agradecerle eternamente al argentino. Por tal gesta precisa en el momento justo. Así pues, los planes que se tenía de principio han surgido de manera espectacular, aunque con un ligero tropezón. Después de superar el 2012, este Barça tiene su tercera oportunidad de tocar el cielo. Y aunque parezca que ya lo haya hecho o no, ha alzado vuelo apenas comenzado enero. Y eso es fantástico, sin ninguna duda.

La primera vez que el Barça llegó a la cima fue en 2009. Por obvias razones su juego llamó a la reacción más primitiva de los rivales: salirle a presionar. Con todo absolutamente ganado, vino en seguida el mal rendimiento de Ibrahimovic y todo lo que arrastró. Pep, nuevamente, dio en la 'tecla' como solución, y se chocó con otro momento maravilloso. Fue en 2010, casi en noviembre, cuando el Barça aceleraba la máquina con su nuevo 'juguete': el falso 9. Los fulminantes ataques posicionales que ello desató hizo al '10' estallar a su máximo esplendor y al equipo sentenciar partido tras partido. Esa temporada se ganó La Liga y la cuarta Champions. Poco después y con la llegada de Cesc y Alexis, aparecieron sensaciones que dijeron seguir en lo alto, aunque eso sí, con pretensiones distintas. En boca de todos estaba el 3-4-3 y la goleada al Villarreal como debut liguero. Directamente, al jugador que más afectó la situación fue a Xavi. En el sentido táctico. Siendo ese detalle el que tapara los ojos del Camp Nou ante los defectos del '6'. Sí, porque en realidad, el de Terrasa sufría problemas físicos, y Pep fue el primer en enterarse. Tras ello, el sistema nuevo lo condujo a posiciones más adelantadas, alejándole del peso de transitar ofensivamente. Mucho más gol y asistencias. Era un Xavi versión 'Premier'. Aun así, su bajón presentó más notoriedad a medida del tiempo,  y la línea de 3 no se confirmaba como un seguro de vida y mucho menos para partidos decisivos.

Hasta entonces, Pep había refundado al equipo y lo hizo bien dos veces. Lástima que, no se quedó más tiempo para demostrar lo que haría en adelante. Pero lo dejó en manos de Tito. Hoy por hoy, se confirma que su mando es de alta nota. No le tembló el pulso. Recuperó a Xavi de la mano de su 4-2-2-2, y ahora, con el conjunto blaugrana a tope, se puede dar el lujo de probar lo que en meses de febrero 2012 no se pudo: el Barça juntando el fútbol de Xavi, Messi, Cesc e Iniesta.

Los planes de Javier Aguirre con el Espanyol y de Manuel Pellegrini con el Málaga nos dejó cosas que hay que apuntar desde ya. Primero que todo, claro el regreso de Piqué y Puyol. A nivel absoluto, están en su cima. El primero es lento, pero su preponderancia en la anticipación desde atrás es vital. De la misma forma, Carles goza ya de un estado regular, y en efecto, su presencia da personalidad al equipo hacia dimensiones importantes. Sin embargo, al borde de las buenas noticias, estas tres semanas el Fútbol Club Barcelona ha confirmado una caída. Antes de ello, y con fuerza, arrancaremos lo que nos lleva a sumergirnos tanto en el juego: los cambios tácticos de Tito Vilanova.

Decíamos que todo partía desde el juntar el talento de 4 mediocampistas. Pues bien, empecemos a despejar el contexto:

Xavi Hernández

La recuperación del principal jugador en las transiciones ofensivas era esencial. Sin él, todos los demás cobraban un papel poco beneficioso. Sabemos muy desde antes que el fútbol de Xavi se guía en formar o crear líneas de pase. Esto se genera a través no solo de sus asociaciones en los tres carriles, giros o cambios de orientación, sino de sus movimientos sin la pelota. Su interpretación es tan inmediata que la fluidez reina en el inicio de la jugada, siendo los pases considerados de alta calidad, aun más de lo obvio.

Pues bien, teniendo a Xavi a pleno, las sorpresas son nada más y nada menos que su fútbol condicionado por los otros tres futbolistas que citaremos a continuación. Xavi es el punto inicial, el que parte desde la base. También el que espera en la frontal para dar esos "toquecitos mágicos" que tanto enamoran, pero si los rivales van contra él en lo primero, ¿qué sale en su ayuda?

Referencia: Xavi juega de circuncentro - Paradigma Guardiola


Lionel Messi

No quiero llenar de elogios los párrafos dedicados al fútbol de Leo Messi. Sabemos una y mil veces que el argentino es pegada, agilidad y gol, pero en este Barça de enero, el '10' cobra más presencia. Hablamos ahora de su aporte en los tres sectores del campo. Ya ni tiene problema para irse a mezclar juego a la izquierda. Va. Por delante del balón, sigue siendo la misma amenaza entre líneas que se sabe girar y muy bien para encarar rivales, sino, por detrás de él, junta miradas y crea espacios. Es el concepto más básico de Leo Messi en el Barça. Ahora bien, junto a Xavi en la base es la mayor amenaza vista y recibiendo con rivales dispuestos a presionar, un disfrute tremendo.

El rival elige: ¿Xavi o Messi? Uno es temible en la frontal asociando, el otro, en esa altura, está vinculado directamente al gol.

En el contragolpe, Leo es un opción siempre eficaz que comparte con Iniesta. Algo parecido a recibir entre líneas, su recepción depende de una cosa: el rival tras pérdida, presiona el balón. Lo cual se da la mayoría de veces. El achique tras un robo culé suele verse a menudo, de lo contrario, el rival puede sufrir cambios de ritmo sofocadores como el Espanyol de Aguirre.

Movimiento clásico de Leo: pisar, desbordar, pasar.

Leo parte de la derecha cuando hay un contragolpe.

Andrés Iniesta

El primer partido del año no fue competitivo, pero el Barça presentó todas sus cartas. El Espanyol salió con miedo y los 30 minutos para los nuestros fulminaron. La transición ofensiva, fácil para Xavi y compañía, es para obviar. Así que de principio, el ataque posicional y el contragolpe fueron los que regalaron imágenes de contenido interesante.

Desde la etapa de Guardiola, lo mejor del manchego vino de interior. Los rivales descuidaban su espalda y él como nadie leyó eso. Junto a su repertorio, las últimas veces que el mediocampista actuó para Pep, lo hizo en banda, y casualmente hoy también lo hace, como intentando recuperar lo pasado. Esta vez, eso sí, Tito le ha regalado muchísimo más. Desde ya sabemos que gracias a su técnica desenvuelve y cobra un papel determinante. Casi igual al de Leo Messi. Pero su nueva posición (extremo izquierdo) hace a él y al Barça mucho más indescifrable. El 4-3-3 parece ser que quedó como un fiel recuerdo a los grandes momentos, porque con Andrés moviéndose tanto, el esquema ha quedado sin razón ya de ser nombrado.

Ante todo, el nuevo rol, como decía, beneficia al engaño y la confusión para el rival de leer las líneas. Andrés no se fija nunca. Se sale de su marca (lateral) y permuta o se suma al centro del campo. Depende qué tanto exija el contrario, si se cuela en la frontal, junta rivales y pasa de ellos sin problema. Con Leo Messi o Xavi Hernández aniquila aun más al que recula. Y con esto ejecutado, gana su primer socio: Jordi Alba.

Jordi entiende cuando tiene que subir
Anteriormente, apuntábamos que Messi comparte en la transición rápida la conducción del balón. El manchego cumple su labor según el rival. Si apenas terminada la acción de ataque contraria, prefieren retroceder metros, sale en escena el de Fuentealbilla.

Iniesta determina con un pase cuando el rival cambia de ritmo en una transición defensiva









Cesc Fábregas

La llegada del '4' se vino inmerso en preguntas y más preguntas. ¿Es Fábregas el que heredará el puesto de Xavi? ¿Será 'falso 9' toda la vida? ¿Hizo bien en venir? Muchos 'palos' y poco análisis. El de Arenys hace 2 años era solo fútbol Premier, y cambiar de estilo de un momento a otro no es nada fácil. En el fútbol inglés hay más espacios -por los sistemas que son abiertos-, y ergo, los mediocampistas no necesitan de una agilidad mental tan elevada para crear líneas de pase. Por eso la lentitud y previsibilidad de Cesc en pasar. Por suerte, piensa con madurez, y allá aprendió más de lo que esperamos.

Tanto con Pep como con Tito, Cesc es movilidad hasta la médula. Es el que más se mueve en el campo. Y esto subordinado a los apoyos. Actuando por delante de la línea del balón, llega el cuarto mejor mediocampista. Permutando y asociando con los otros tres, con quien más sobresalta es con Andrés Iniesta. Cuando pensábamos que el fútbol para el manchego no tenía más, el aporte de Cesc regala otro 'punch' al sistema. Dos opciones (Jordi y Cesc) para el "extremo izquierdo" que no sabe desaprovechar.

Iniesta tiene siempre líneas de pase activadas.
Iniesta elige: Cesc por dentro, o Alba a su espalda
Cuando Tito tenía claro el orden de los ingredientes, agitó su coctelera, y le resultó algo sabrosísimo. Ya podía empezar a disfrutar del sabor y echar atrás sensaciones o gustos amargos. Entonces surgieron otras cosas. Cosas que hemos visto maravillosas como ver evolucionar a futbolistas. El primero -después de Jordi Alba- es Sergio Busquets. El catalán aunque haya parecido meses atrás tocar 'techo', con Vilanova ha crecido muchísimo más. Su buen olfato, orden e intuición para frenar contragolpes del rival o transiciones rápidas le tiene pegado a la 'chispa'. En su faceta más ofensiva, suele ser el mismo, y protegiendo la espalda de sus socios, aun más inigualable.

En segundo lugar está Pedro. El canario es una de las mejores cosas de este Barça. El año pasado el 'sprint' no estaba tan pulido. Hoy, irse a espaldas del contrario es un disfrute continuo. En plena circulación, el delantero alcanza dimensiones tan grandes como las de Iniesta. Pero mejor aun, y al borde sus movimientos extraordinarios sin balón, con él, ha mejorado el trato. Tiene más 'timing' y centra mucho su juego de espaldas para la llegada de otro que sobresale...

Acción del gol de Pedro


A recalcar, por último, del '11' de gala está Dani Alves. El 2012 fue criticado por su bajo rendimiento, pero en el fútbol no se puede separar nada. Todo está dentro de algo, y Dani Alves el año pasado no tenía a quién doblar dentro del sistema. Pep en mitad de temporada probó a extremos puros. Tito no este inicio, pero tanto Alexis como Pedro iban muy pegados a la banda. Ahora con las cosas mejor encaminadas y con Pedro moviéndose mucho sin el esférico, a Dani le ha salido la sonrisa nuevamente.

Gracias a Pedro, Alves tiene mejor protagonismo

Explicado el contexto principal, con tres semanas de competición las dudas surgieron en pleno Camp Nou frente al Málaga de Pellegrini. Tras partidos de juego fluido, el primer bajón fue con algunas rotaciones. Thiago daba honor a su presencia, o eso quiso haber querido, pero en un descuido Iturra retó sobradamente. Tras ello, el Barça con el 2-1 bajó el acelerador y los andaluces se nos fueron encima. El 'pinchazo' en Anoeta y la lógica pura nos terminaron de explicar la situación siguiente:

El Barça en La Rosaleda hizo gala de su buen fútbol y de milagro al Málaga de Pellegrini no le cayeron un par de goles más. Desde ya, eso sí, los andaluces saben cómo llamar a la suerte: con fuerza mental y concentración. Estuvieron enchufadísimos los 90 minutos para robar y tenerla muy arriba. Aun así, salieron vapuleados, pero el objetivo de Manuel no era ganar, sino preparar a sus muchachos para dos encuentros de ida y vuelta. Muy sencillo: defender atrás no estaba planeado porque estar lejos Valdés para los Boquerones es desaprovechar su fútbol, bajar su autoestima. Por eso salió a morder,  y no le interesó no competir. En el Camp Nou, el Barça de la mano de Thiago dejó de acelerar después del 2-1. Aunque fuera buena elección de principio, jugar con Thiago y Song era arriesgar. Y el Málaga captó esto. Siguió presionando, empataron y los de Vilanova salieron algo tocados. Ante la Real, pareció volver un juego rápido, pero hombres como Sergio Busquets confirmaron esa ligera perturbación. Y eso que, los de Anoeta no jugaron bien toda la primera parte; cometieron 'pecados' imperdonables. Su segunda mitad mejoró, y encima el Barça con diez, decidió de antemano adaptarse al juego local. Cedieron el balón. Y se sabe que sin balón, en campo propio y ante Rubén Pardo, al Barça le hace falta suerte. Y también, que a la suerte no se le espera, se le llama.

En esta cogida de vuelo, el sistema sacó algunas chispas y retrasó su llegada al tope. ¿Será este jueves ocasión para desahogarse? ¿O es que lo del Málaga es tan especial como para hacerle esperar a Tito?

18 ene 2013

El cinturón



Los casos de Josep Guardiola y Víctor Valdés van muy unidos. Ambos invocaron la metáfora que el de Santpedor hizo popular en su despedida del año pasado: "El cinturón apretaba mucho y yo me lo quito". Es lo que pensaron, y hoy, cada uno atestigua. El Pep, nuestro Pep, es leyenda, pero hace unos días, con nuevo barco, la relación entrenador-club tendrá matices totalmente diferentes e interesantísimos de observar. Por otro lado, el portero que hace más de 12 años debutó en el Camp Nou, adelanta a la afición el aviso de su marcha.

El Bayern Múnich ahora cuenta con Pep Guardiola como entrenador, y hay que rescatar algunas cosas que el culé se hace meollo. El hombre que conjuntó el fútbol de Xavi con el de Iniesta y Leo Messi, empezará a gobernar de manera distinta que en Can Barça. La nueva situación: Guardiola tendrá a diferentes jugadores, un contexto mediático mejor, y organización que es de las más perfectas en el mundo. A su vez, las armas, hemos dicho, son distintas, y partidora, cómo no, de ventajas. El sistema lleva como filosofía algo que Guardiola trata como innegociable: tener la posesión. El equipo bávaro tendrá siempre el balón, y habrá que ver cómo se consolida una estructura. El falso 9 quedará en el pasado, y Mandzukic, Gómez o Pizarro querrán ser una pieza importante a través del juego de espaldas. El doble pivote es una incógnita, pero en julio se sabrá si esa pareja seguirá encaminada a dar salida o es que otros se harán cargo. Al fin y al cabo, ¿por qué al culé debe serle importante el tema? Porque las ideas que filtra la prensa con respecto a un nuevo gran equipo en Europa son aún expectantes. Aclarando, El Pep nunca se irá. Se mantendrá en Barcelona y se quedará aquí. Allá, donde nada represente de verdad, será solo Guardiola. Por primera vez, veremos a El Noi de Santpedor disfrutar con otra gente, en otro contexto, y con la única diferencia de que aquel cinturón no será igual al nuestro. Y no por menos atractivo, pero será distinto. ¿Que apretará menos? El rostro de Baviera dice que no y Europa entero que sí. Al fin y al cabo, es la presión social lo cual dirá el futuro de Guardiola. Revertir la situación "fracasada" del fútbol alemán es tarea para que él vuelva a salirse con la suya y sonreírle a medio planeta.

Desde que se animara a participar en La Masía, Víctor Valdés ha sufrido con regularidad. Según sus propias declaraciones, desde muy chico pareció estar destinado a pasarla mal cada fin de semana. Cuando llegó a los 20 años, debutó con Van Gaal. E incluso así, dando grandes pasos, no se satisfacía de su trabajo y estuvo a punto de dejar el fútbol. Padre y hermano no terminaban de estar felices, pero la razón era simple: Víctor no lo era.

Diez años después, fue otro. Cuando parecía estar destinado a sufrir, se reivindicó de manera fantástica. Solo con humildad, constancia y pies sobre la tierra pudo afinar su técnica de portero. Lástima que, cuando creyó estar en medio de continuos elogios, fue el único que no disfrutó enteramente. El más grande regalo en la historia del Fútbol Club Barcelona no le vino tan bien a Víctor. Y no es que discrepara de las decisiones. Él disfrutó, pero por parte de la gente, exigirle al portero del equipo de Guardiola -dentro de sus pocas intervenciones- que no falle, era pedirle que no sea humano. Y es que VV se dio cuenta de una cosa: él ya no era como los demás. Él no la tiraba a la luna los balones, él sobre su trabajo de "darle puntos al equipo" -que ya había pulido bien- le sumaba otra cosa; ser otra pieza fundamental del juego de posición.

Tan simple como eso. El detalle, y a la vez gran diferencia, era que si cometía un error los puntos iban a ser nuevamente la pesadilla de aquellas tardes con los juveniles del Barça. Y sabía que contra ello no encontraría reparo por más que lo busque. Ya no había segunda oportunidad. Bastó un error en el pase que iba hacia Abidal para que Di María aproveche y la prensa se le fuera encima. Y no importó que hiciera gala de buenos pases en pleno estadio Santiago Bernabéu. Él era malo y ya. Por eso, Víctor fue el segundo en sacarse el cinturón. También le aprieta, sí, como a Pep.


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Agitar la coctelera
Artículo dedicado al análisis táctico del Barça 2013