18 ene 2013

El cinturón



Los casos de Josep Guardiola y Víctor Valdés van muy unidos. Ambos invocaron la metáfora que el de Santpedor hizo popular en su despedida del año pasado: "El cinturón apretaba mucho y yo me lo quito". Es lo que pensaron, y hoy, cada uno atestigua. El Pep, nuestro Pep, es leyenda, pero hace unos días, con nuevo barco, la relación entrenador-club tendrá matices totalmente diferentes e interesantísimos de observar. Por otro lado, el portero que hace más de 12 años debutó en el Camp Nou, adelanta a la afición el aviso de su marcha.

El Bayern Múnich ahora cuenta con Pep Guardiola como entrenador, y hay que rescatar algunas cosas que el culé se hace meollo. El hombre que conjuntó el fútbol de Xavi con el de Iniesta y Leo Messi, empezará a gobernar de manera distinta que en Can Barça. La nueva situación: Guardiola tendrá a diferentes jugadores, un contexto mediático mejor, y organización que es de las más perfectas en el mundo. A su vez, las armas, hemos dicho, son distintas, y partidora, cómo no, de ventajas. El sistema lleva como filosofía algo que Guardiola trata como innegociable: tener la posesión. El equipo bávaro tendrá siempre el balón, y habrá que ver cómo se consolida una estructura. El falso 9 quedará en el pasado, y Mandzukic, Gómez o Pizarro querrán ser una pieza importante a través del juego de espaldas. El doble pivote es una incógnita, pero en julio se sabrá si esa pareja seguirá encaminada a dar salida o es que otros se harán cargo. Al fin y al cabo, ¿por qué al culé debe serle importante el tema? Porque las ideas que filtra la prensa con respecto a un nuevo gran equipo en Europa son aún expectantes. Aclarando, El Pep nunca se irá. Se mantendrá en Barcelona y se quedará aquí. Allá, donde nada represente de verdad, será solo Guardiola. Por primera vez, veremos a El Noi de Santpedor disfrutar con otra gente, en otro contexto, y con la única diferencia de que aquel cinturón no será igual al nuestro. Y no por menos atractivo, pero será distinto. ¿Que apretará menos? El rostro de Baviera dice que no y Europa entero que sí. Al fin y al cabo, es la presión social lo cual dirá el futuro de Guardiola. Revertir la situación "fracasada" del fútbol alemán es tarea para que él vuelva a salirse con la suya y sonreírle a medio planeta.

Desde que se animara a participar en La Masía, Víctor Valdés ha sufrido con regularidad. Según sus propias declaraciones, desde muy chico pareció estar destinado a pasarla mal cada fin de semana. Cuando llegó a los 20 años, debutó con Van Gaal. E incluso así, dando grandes pasos, no se satisfacía de su trabajo y estuvo a punto de dejar el fútbol. Padre y hermano no terminaban de estar felices, pero la razón era simple: Víctor no lo era.

Diez años después, fue otro. Cuando parecía estar destinado a sufrir, se reivindicó de manera fantástica. Solo con humildad, constancia y pies sobre la tierra pudo afinar su técnica de portero. Lástima que, cuando creyó estar en medio de continuos elogios, fue el único que no disfrutó enteramente. El más grande regalo en la historia del Fútbol Club Barcelona no le vino tan bien a Víctor. Y no es que discrepara de las decisiones. Él disfrutó, pero por parte de la gente, exigirle al portero del equipo de Guardiola -dentro de sus pocas intervenciones- que no falle, era pedirle que no sea humano. Y es que VV se dio cuenta de una cosa: él ya no era como los demás. Él no la tiraba a la luna los balones, él sobre su trabajo de "darle puntos al equipo" -que ya había pulido bien- le sumaba otra cosa; ser otra pieza fundamental del juego de posición.

Tan simple como eso. El detalle, y a la vez gran diferencia, era que si cometía un error los puntos iban a ser nuevamente la pesadilla de aquellas tardes con los juveniles del Barça. Y sabía que contra ello no encontraría reparo por más que lo busque. Ya no había segunda oportunidad. Bastó un error en el pase que iba hacia Abidal para que Di María aproveche y la prensa se le fuera encima. Y no importó que hiciera gala de buenos pases en pleno estadio Santiago Bernabéu. Él era malo y ya. Por eso, Víctor fue el segundo en sacarse el cinturón. También le aprieta, sí, como a Pep.


Este martes 22 no te pierdas:

Agitar la coctelera
Artículo dedicado al análisis táctico del Barça 2013

No hay comentarios: