16 jun 2010

El presidente de honor


Muchos dicen lo insignificante que es ser presidente de honor. Es más, lo interpretan como el "calientapalco". Y lo que a mí me suena odioso a otros le suena simple y llanamente normal.
Un presidente de honor es un personaje muy curioso ,sí , pero que quieras o no ha influido en los momentos más cruciales del club. Estamos hablando de este holandés grandioso llamado muchas veces El Flaco, El Salvador o el Mago... estamos hablando de Johan Cruyff.
Este personaje llegó del Ajax en 1973 con una actitud rebelde al recriminarle de el no fichar por el Real Madrid, el máximo rival del Barça.
Después de sus actuaciones impresionantes como líder barcelonista, no pasó mucho desde su retiro como jugador profesional hasta que en 1988 decidió entrenar al FCBarcelona conseguiendo exitosos campeonatos y valiosos frutos, que entre ellos, deslumbran a un personaje futbolístico con características únicas...
Ante una presidencia no convicente de Josep Lluis Núñez, Johan no la tuvo nada fácil en la dirección técnica, así que reclamó el no tener una filosofía de juego y el Barça se puso manos a la obra. Después, en la Liga de 1990-1991, Cruyff logró obtener una Liga con la ayuda de grandes fichajes como Hristo Sotichkov o Michael Laudrup.
Poniendo también fin a la hegemonía del Real Madrid (hasta la actualidad) el Barça se convirtió en el Dream Team y consiguió competiciones impresionantes.
Otra de las cosas más valiosas e importantes que logró hacer El Mago es sacar a la luz el Mini, es decir, el filial. Con el presidente Núñez, quien mantenía una relación estrictamente profesional lograron fundar la cantera. De ahí nació Josep Guardiola, Iván de la Peña o Albert Ferrer. Gracias a Johan.
Los años avanzaron y no solo la derrota del Barça contra el Milan en la final de la Champions de Atenas vaticinaron la despedida de Johan Cruyff sino también, la ida de Núñez y la llegada del ex-vicepresidente Joan Gaspart, con quien mantuvo relaciones muy amargas. Consecuentemente arribó Bobby Robson y Johan dejó la gran huella de haber dado grandes frutos en el fútbol barcelonista dando también pensamientos e ideologías de enseñanza a nivel mundial.
Su marcha produjo una fuerte caída en la que Joan Gaspart no se pudo hacer cargo de levantarla. También se sacó a la luz diferentes intereses en periodistas, directivos y profesionales con los pensamientos "cruyffistas" (en los que me incluyo) y "nuñistas".
Con duros rastros deja la ida de El Flaco quien también siembra más desonfianzas al actual directivo Sandro Rosell y compañía, la cual espero que no se interponga en la ideología que nos ha llevado a tantos éxitos, durante todos estos años.


Visca Cruyff.