22 ene 2013

Agitar la coctelera












Quizá Tito no lo soñó tal cual, pero no es un hecho nuevo que esta generación de futbolistas provenientes de La Masía supere tus ideales. Comenzando por Leo Messi. Sin su presencia, al verano agitado que tuvo que pasar el Barça para dosificar y asegurar la recuperación de Xavi, no le hubieran acompañado las buenas sensaciones -basado en los números-. Ese es, en realidad, la gran razón de Tito para agradecerle eternamente al argentino. Por tal gesta precisa en el momento justo. Así pues, los planes que se tenía de principio han surgido de manera espectacular, aunque con un ligero tropezón. Después de superar el 2012, este Barça tiene su tercera oportunidad de tocar el cielo. Y aunque parezca que ya lo haya hecho o no, ha alzado vuelo apenas comenzado enero. Y eso es fantástico, sin ninguna duda.

La primera vez que el Barça llegó a la cima fue en 2009. Por obvias razones su juego llamó a la reacción más primitiva de los rivales: salirle a presionar. Con todo absolutamente ganado, vino en seguida el mal rendimiento de Ibrahimovic y todo lo que arrastró. Pep, nuevamente, dio en la 'tecla' como solución, y se chocó con otro momento maravilloso. Fue en 2010, casi en noviembre, cuando el Barça aceleraba la máquina con su nuevo 'juguete': el falso 9. Los fulminantes ataques posicionales que ello desató hizo al '10' estallar a su máximo esplendor y al equipo sentenciar partido tras partido. Esa temporada se ganó La Liga y la cuarta Champions. Poco después y con la llegada de Cesc y Alexis, aparecieron sensaciones que dijeron seguir en lo alto, aunque eso sí, con pretensiones distintas. En boca de todos estaba el 3-4-3 y la goleada al Villarreal como debut liguero. Directamente, al jugador que más afectó la situación fue a Xavi. En el sentido táctico. Siendo ese detalle el que tapara los ojos del Camp Nou ante los defectos del '6'. Sí, porque en realidad, el de Terrasa sufría problemas físicos, y Pep fue el primer en enterarse. Tras ello, el sistema nuevo lo condujo a posiciones más adelantadas, alejándole del peso de transitar ofensivamente. Mucho más gol y asistencias. Era un Xavi versión 'Premier'. Aun así, su bajón presentó más notoriedad a medida del tiempo,  y la línea de 3 no se confirmaba como un seguro de vida y mucho menos para partidos decisivos.

Hasta entonces, Pep había refundado al equipo y lo hizo bien dos veces. Lástima que, no se quedó más tiempo para demostrar lo que haría en adelante. Pero lo dejó en manos de Tito. Hoy por hoy, se confirma que su mando es de alta nota. No le tembló el pulso. Recuperó a Xavi de la mano de su 4-2-2-2, y ahora, con el conjunto blaugrana a tope, se puede dar el lujo de probar lo que en meses de febrero 2012 no se pudo: el Barça juntando el fútbol de Xavi, Messi, Cesc e Iniesta.

Los planes de Javier Aguirre con el Espanyol y de Manuel Pellegrini con el Málaga nos dejó cosas que hay que apuntar desde ya. Primero que todo, claro el regreso de Piqué y Puyol. A nivel absoluto, están en su cima. El primero es lento, pero su preponderancia en la anticipación desde atrás es vital. De la misma forma, Carles goza ya de un estado regular, y en efecto, su presencia da personalidad al equipo hacia dimensiones importantes. Sin embargo, al borde de las buenas noticias, estas tres semanas el Fútbol Club Barcelona ha confirmado una caída. Antes de ello, y con fuerza, arrancaremos lo que nos lleva a sumergirnos tanto en el juego: los cambios tácticos de Tito Vilanova.

Decíamos que todo partía desde el juntar el talento de 4 mediocampistas. Pues bien, empecemos a despejar el contexto:

Xavi Hernández

La recuperación del principal jugador en las transiciones ofensivas era esencial. Sin él, todos los demás cobraban un papel poco beneficioso. Sabemos muy desde antes que el fútbol de Xavi se guía en formar o crear líneas de pase. Esto se genera a través no solo de sus asociaciones en los tres carriles, giros o cambios de orientación, sino de sus movimientos sin la pelota. Su interpretación es tan inmediata que la fluidez reina en el inicio de la jugada, siendo los pases considerados de alta calidad, aun más de lo obvio.

Pues bien, teniendo a Xavi a pleno, las sorpresas son nada más y nada menos que su fútbol condicionado por los otros tres futbolistas que citaremos a continuación. Xavi es el punto inicial, el que parte desde la base. También el que espera en la frontal para dar esos "toquecitos mágicos" que tanto enamoran, pero si los rivales van contra él en lo primero, ¿qué sale en su ayuda?

Referencia: Xavi juega de circuncentro - Paradigma Guardiola


Lionel Messi

No quiero llenar de elogios los párrafos dedicados al fútbol de Leo Messi. Sabemos una y mil veces que el argentino es pegada, agilidad y gol, pero en este Barça de enero, el '10' cobra más presencia. Hablamos ahora de su aporte en los tres sectores del campo. Ya ni tiene problema para irse a mezclar juego a la izquierda. Va. Por delante del balón, sigue siendo la misma amenaza entre líneas que se sabe girar y muy bien para encarar rivales, sino, por detrás de él, junta miradas y crea espacios. Es el concepto más básico de Leo Messi en el Barça. Ahora bien, junto a Xavi en la base es la mayor amenaza vista y recibiendo con rivales dispuestos a presionar, un disfrute tremendo.

El rival elige: ¿Xavi o Messi? Uno es temible en la frontal asociando, el otro, en esa altura, está vinculado directamente al gol.

En el contragolpe, Leo es un opción siempre eficaz que comparte con Iniesta. Algo parecido a recibir entre líneas, su recepción depende de una cosa: el rival tras pérdida, presiona el balón. Lo cual se da la mayoría de veces. El achique tras un robo culé suele verse a menudo, de lo contrario, el rival puede sufrir cambios de ritmo sofocadores como el Espanyol de Aguirre.

Movimiento clásico de Leo: pisar, desbordar, pasar.

Leo parte de la derecha cuando hay un contragolpe.

Andrés Iniesta

El primer partido del año no fue competitivo, pero el Barça presentó todas sus cartas. El Espanyol salió con miedo y los 30 minutos para los nuestros fulminaron. La transición ofensiva, fácil para Xavi y compañía, es para obviar. Así que de principio, el ataque posicional y el contragolpe fueron los que regalaron imágenes de contenido interesante.

Desde la etapa de Guardiola, lo mejor del manchego vino de interior. Los rivales descuidaban su espalda y él como nadie leyó eso. Junto a su repertorio, las últimas veces que el mediocampista actuó para Pep, lo hizo en banda, y casualmente hoy también lo hace, como intentando recuperar lo pasado. Esta vez, eso sí, Tito le ha regalado muchísimo más. Desde ya sabemos que gracias a su técnica desenvuelve y cobra un papel determinante. Casi igual al de Leo Messi. Pero su nueva posición (extremo izquierdo) hace a él y al Barça mucho más indescifrable. El 4-3-3 parece ser que quedó como un fiel recuerdo a los grandes momentos, porque con Andrés moviéndose tanto, el esquema ha quedado sin razón ya de ser nombrado.

Ante todo, el nuevo rol, como decía, beneficia al engaño y la confusión para el rival de leer las líneas. Andrés no se fija nunca. Se sale de su marca (lateral) y permuta o se suma al centro del campo. Depende qué tanto exija el contrario, si se cuela en la frontal, junta rivales y pasa de ellos sin problema. Con Leo Messi o Xavi Hernández aniquila aun más al que recula. Y con esto ejecutado, gana su primer socio: Jordi Alba.

Jordi entiende cuando tiene que subir
Anteriormente, apuntábamos que Messi comparte en la transición rápida la conducción del balón. El manchego cumple su labor según el rival. Si apenas terminada la acción de ataque contraria, prefieren retroceder metros, sale en escena el de Fuentealbilla.

Iniesta determina con un pase cuando el rival cambia de ritmo en una transición defensiva









Cesc Fábregas

La llegada del '4' se vino inmerso en preguntas y más preguntas. ¿Es Fábregas el que heredará el puesto de Xavi? ¿Será 'falso 9' toda la vida? ¿Hizo bien en venir? Muchos 'palos' y poco análisis. El de Arenys hace 2 años era solo fútbol Premier, y cambiar de estilo de un momento a otro no es nada fácil. En el fútbol inglés hay más espacios -por los sistemas que son abiertos-, y ergo, los mediocampistas no necesitan de una agilidad mental tan elevada para crear líneas de pase. Por eso la lentitud y previsibilidad de Cesc en pasar. Por suerte, piensa con madurez, y allá aprendió más de lo que esperamos.

Tanto con Pep como con Tito, Cesc es movilidad hasta la médula. Es el que más se mueve en el campo. Y esto subordinado a los apoyos. Actuando por delante de la línea del balón, llega el cuarto mejor mediocampista. Permutando y asociando con los otros tres, con quien más sobresalta es con Andrés Iniesta. Cuando pensábamos que el fútbol para el manchego no tenía más, el aporte de Cesc regala otro 'punch' al sistema. Dos opciones (Jordi y Cesc) para el "extremo izquierdo" que no sabe desaprovechar.

Iniesta tiene siempre líneas de pase activadas.
Iniesta elige: Cesc por dentro, o Alba a su espalda
Cuando Tito tenía claro el orden de los ingredientes, agitó su coctelera, y le resultó algo sabrosísimo. Ya podía empezar a disfrutar del sabor y echar atrás sensaciones o gustos amargos. Entonces surgieron otras cosas. Cosas que hemos visto maravillosas como ver evolucionar a futbolistas. El primero -después de Jordi Alba- es Sergio Busquets. El catalán aunque haya parecido meses atrás tocar 'techo', con Vilanova ha crecido muchísimo más. Su buen olfato, orden e intuición para frenar contragolpes del rival o transiciones rápidas le tiene pegado a la 'chispa'. En su faceta más ofensiva, suele ser el mismo, y protegiendo la espalda de sus socios, aun más inigualable.

En segundo lugar está Pedro. El canario es una de las mejores cosas de este Barça. El año pasado el 'sprint' no estaba tan pulido. Hoy, irse a espaldas del contrario es un disfrute continuo. En plena circulación, el delantero alcanza dimensiones tan grandes como las de Iniesta. Pero mejor aun, y al borde sus movimientos extraordinarios sin balón, con él, ha mejorado el trato. Tiene más 'timing' y centra mucho su juego de espaldas para la llegada de otro que sobresale...

Acción del gol de Pedro


A recalcar, por último, del '11' de gala está Dani Alves. El 2012 fue criticado por su bajo rendimiento, pero en el fútbol no se puede separar nada. Todo está dentro de algo, y Dani Alves el año pasado no tenía a quién doblar dentro del sistema. Pep en mitad de temporada probó a extremos puros. Tito no este inicio, pero tanto Alexis como Pedro iban muy pegados a la banda. Ahora con las cosas mejor encaminadas y con Pedro moviéndose mucho sin el esférico, a Dani le ha salido la sonrisa nuevamente.

Gracias a Pedro, Alves tiene mejor protagonismo

Explicado el contexto principal, con tres semanas de competición las dudas surgieron en pleno Camp Nou frente al Málaga de Pellegrini. Tras partidos de juego fluido, el primer bajón fue con algunas rotaciones. Thiago daba honor a su presencia, o eso quiso haber querido, pero en un descuido Iturra retó sobradamente. Tras ello, el Barça con el 2-1 bajó el acelerador y los andaluces se nos fueron encima. El 'pinchazo' en Anoeta y la lógica pura nos terminaron de explicar la situación siguiente:

El Barça en La Rosaleda hizo gala de su buen fútbol y de milagro al Málaga de Pellegrini no le cayeron un par de goles más. Desde ya, eso sí, los andaluces saben cómo llamar a la suerte: con fuerza mental y concentración. Estuvieron enchufadísimos los 90 minutos para robar y tenerla muy arriba. Aun así, salieron vapuleados, pero el objetivo de Manuel no era ganar, sino preparar a sus muchachos para dos encuentros de ida y vuelta. Muy sencillo: defender atrás no estaba planeado porque estar lejos Valdés para los Boquerones es desaprovechar su fútbol, bajar su autoestima. Por eso salió a morder,  y no le interesó no competir. En el Camp Nou, el Barça de la mano de Thiago dejó de acelerar después del 2-1. Aunque fuera buena elección de principio, jugar con Thiago y Song era arriesgar. Y el Málaga captó esto. Siguió presionando, empataron y los de Vilanova salieron algo tocados. Ante la Real, pareció volver un juego rápido, pero hombres como Sergio Busquets confirmaron esa ligera perturbación. Y eso que, los de Anoeta no jugaron bien toda la primera parte; cometieron 'pecados' imperdonables. Su segunda mitad mejoró, y encima el Barça con diez, decidió de antemano adaptarse al juego local. Cedieron el balón. Y se sabe que sin balón, en campo propio y ante Rubén Pardo, al Barça le hace falta suerte. Y también, que a la suerte no se le espera, se le llama.

En esta cogida de vuelo, el sistema sacó algunas chispas y retrasó su llegada al tope. ¿Será este jueves ocasión para desahogarse? ¿O es que lo del Málaga es tan especial como para hacerle esperar a Tito?

18 ene 2013

El cinturón



Los casos de Josep Guardiola y Víctor Valdés van muy unidos. Ambos invocaron la metáfora que el de Santpedor hizo popular en su despedida del año pasado: "El cinturón apretaba mucho y yo me lo quito". Es lo que pensaron, y hoy, cada uno atestigua. El Pep, nuestro Pep, es leyenda, pero hace unos días, con nuevo barco, la relación entrenador-club tendrá matices totalmente diferentes e interesantísimos de observar. Por otro lado, el portero que hace más de 12 años debutó en el Camp Nou, adelanta a la afición el aviso de su marcha.

El Bayern Múnich ahora cuenta con Pep Guardiola como entrenador, y hay que rescatar algunas cosas que el culé se hace meollo. El hombre que conjuntó el fútbol de Xavi con el de Iniesta y Leo Messi, empezará a gobernar de manera distinta que en Can Barça. La nueva situación: Guardiola tendrá a diferentes jugadores, un contexto mediático mejor, y organización que es de las más perfectas en el mundo. A su vez, las armas, hemos dicho, son distintas, y partidora, cómo no, de ventajas. El sistema lleva como filosofía algo que Guardiola trata como innegociable: tener la posesión. El equipo bávaro tendrá siempre el balón, y habrá que ver cómo se consolida una estructura. El falso 9 quedará en el pasado, y Mandzukic, Gómez o Pizarro querrán ser una pieza importante a través del juego de espaldas. El doble pivote es una incógnita, pero en julio se sabrá si esa pareja seguirá encaminada a dar salida o es que otros se harán cargo. Al fin y al cabo, ¿por qué al culé debe serle importante el tema? Porque las ideas que filtra la prensa con respecto a un nuevo gran equipo en Europa son aún expectantes. Aclarando, El Pep nunca se irá. Se mantendrá en Barcelona y se quedará aquí. Allá, donde nada represente de verdad, será solo Guardiola. Por primera vez, veremos a El Noi de Santpedor disfrutar con otra gente, en otro contexto, y con la única diferencia de que aquel cinturón no será igual al nuestro. Y no por menos atractivo, pero será distinto. ¿Que apretará menos? El rostro de Baviera dice que no y Europa entero que sí. Al fin y al cabo, es la presión social lo cual dirá el futuro de Guardiola. Revertir la situación "fracasada" del fútbol alemán es tarea para que él vuelva a salirse con la suya y sonreírle a medio planeta.

Desde que se animara a participar en La Masía, Víctor Valdés ha sufrido con regularidad. Según sus propias declaraciones, desde muy chico pareció estar destinado a pasarla mal cada fin de semana. Cuando llegó a los 20 años, debutó con Van Gaal. E incluso así, dando grandes pasos, no se satisfacía de su trabajo y estuvo a punto de dejar el fútbol. Padre y hermano no terminaban de estar felices, pero la razón era simple: Víctor no lo era.

Diez años después, fue otro. Cuando parecía estar destinado a sufrir, se reivindicó de manera fantástica. Solo con humildad, constancia y pies sobre la tierra pudo afinar su técnica de portero. Lástima que, cuando creyó estar en medio de continuos elogios, fue el único que no disfrutó enteramente. El más grande regalo en la historia del Fútbol Club Barcelona no le vino tan bien a Víctor. Y no es que discrepara de las decisiones. Él disfrutó, pero por parte de la gente, exigirle al portero del equipo de Guardiola -dentro de sus pocas intervenciones- que no falle, era pedirle que no sea humano. Y es que VV se dio cuenta de una cosa: él ya no era como los demás. Él no la tiraba a la luna los balones, él sobre su trabajo de "darle puntos al equipo" -que ya había pulido bien- le sumaba otra cosa; ser otra pieza fundamental del juego de posición.

Tan simple como eso. El detalle, y a la vez gran diferencia, era que si cometía un error los puntos iban a ser nuevamente la pesadilla de aquellas tardes con los juveniles del Barça. Y sabía que contra ello no encontraría reparo por más que lo busque. Ya no había segunda oportunidad. Bastó un error en el pase que iba hacia Abidal para que Di María aproveche y la prensa se le fuera encima. Y no importó que hiciera gala de buenos pases en pleno estadio Santiago Bernabéu. Él era malo y ya. Por eso, Víctor fue el segundo en sacarse el cinturón. También le aprieta, sí, como a Pep.


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Agitar la coctelera
Artículo dedicado al análisis táctico del Barça 2013