2 sept 2012

Pequeños destellos

Pellegrino dijo que el Barça dominaba todas las facetas del juego. Pues una verdad innegable, pero hay que recordar una cosa: no está en su momento TOP. Tercera jornada apenas. Este Barça no es más que un 60% del equipo en 2011. Y la cuestión, muy sabia, fue que el entrenador valencianista captó muy bien esos bajones físicos y psicológicos -que es normal- en el conjunto azulgrana.

El 4-3-3 se estrenaba en Liga. Cuando el Valencia presionaba -en su propio campo- Song se situaba entre centrales, Xavi y Messi, por el sector derecho triangulaban con Alves o Pedro (bastante participativo en juego interior). Y ya en ataque posicional, cuando Song se adelantaba un línea porque Piqué y Mascherano ahora eran pivotes, el Barça cambiaba de banda muy a menudo. El 4-4-2 del Valencia fue diluyéndose por el doble pivote marcado de Tino y Albelda, y Cesc esperaba entre líneas.

Las ocasiones se mostraron por ambas bandas. Los centros laterales de Dani, mejor que los de Adriano, hicieron daño alguna vez, y aquellos pases interiores quedaron en pequeños chispazos. Cesc jugando con el Valencia replegado, no brillaba. Su pases eran certeros pero previsibles, y hasta algo lentos. Y Messi, que sigue sacando lustre a su bota, no se zafó como de costumbre en el encare.

Pero el legado de Pellegrino fue el que se impuso, aunque siempre caben riesgos. El Valencia recostado sacó más provecho en el aspecto defensivo, pero sus balonazos frontales aéreos fue pan comido para Valdés y los suyos. La presión si bien fue clave, no influyó en que Diego Alves no tuviera ninguna otra opción que mandarla directamente a campo contrario, con la esperanza, quizás, de causar vértigo a través de la pelota dividida vista en Madrid. Lo cierto es que, vértigo sí que ocasionaron presionando la espalda culé. Robaron más de una vez y llegaron a marcar huellas en el área.

Sin embargo, el Valencia un poco más abierta fue la que permitió profundidad, pero llegaba a defender muy bien. Todo era de acorde a la situación física. Otro ejemplo fue que tras presión a la espalda de Xavi y compañía, esperaban con la línea mediocentro muy adelantada, cuestión que supo aprovechar Messi. Minutos después optaban por replegarse dando la pérdida como algo definitivo.

La segunda parte comenzó agitada. El Valencia pretendía atacar y plantarse en campo propio, pero sabía que el Barça, con un solo gol, saldría a morder de inicio. Así que esperó con las líneas muy juntas, y una vez más salió ganando. Era turno de Diego Alves, pero cuando todos nos esperamos un pelotazo, optó a la salida al ras. Notable fue el cansancio, porque el Barça no presionó igual. El Valencia ya estaba acomodado en campo rival y mediante paredes, logró alguna que otra llegada peligrosa.

Así se tomaron algunos minutos, pero Messi dio la primera amenaza de contragolpe. El Valencia advertido regresó a campo propio hasta la entrada de Iniesta, que si bien no cambió de idea al irse a plantar en campo blaugrana, permitió más juego interior en ese cambio de ritmo ché. Pases infiltrados por todo el ancho del campo hacia Messi, que con todos los espacios, terminaba por recostar a un contrario con las energías muy justitas.

Para terminar, creo que hay que valorar dos cosas puntuales. 1. Lo de Pedro es serio. Sus rupturas son sensacionales si el Barça quiere aprovechar determinancia individual, y su estado dulce lo permite. 2. Tito está por buen camino, a mi opinión. A pesar de estar en estado de pretemporada, como todos, siempre está presente el juego colectivo. Siempre se insistió con el 4-3-3, que apenas tuvo destellos por minutos.

Sacar conclusiones no es lo indicado. Describir como progresan sí. Para confiar completamente en la temporada de Tito habrá que esperar la jornada 10. Así parezca mucho. El Barça no está reluciente hasta casi terminar el año.

No hay comentarios: